A fines de febrero fui a Barcelona a cubrir el Mobile World Congress (MWC) y me quedé un par de días. Se me ocurrió invitar a Martín Caparrós a recorrer juntos el museo del Barca en el Camp Nou. Martín, que vive allá hace más de un año, cubre para el diario Olé los partidos que el equipo juega de local. Estuvimos en el estadio, pisamos la cancha, hablamos de Messi, de Riquelme, de Sabella, de Pep y el Tata Martino (que en ese momento todavía dirigía al equipo). Y también, claro, de Boca. Le saqué un par de fotos. La nota sale en la revista Brando de junio.
Con el fútbol se pueden hacer dos cosas: jugarlo o hablarlo. Así que lo hablamos con tal vez el mejor cronista vivo en español que además es muy futbolero e hincha de Boca y simpatizante por herencia del Real Madrid. Publicó dos libros sobre ?la salvajería feliz?, como le dice a once tipos corriendo detrás de un cuero inflado: ?Boquita? (2004) con la historia del xeneize e ?Ida y vuelta, Una correspondencia sobre fútbol? (2010), junto al mexicano Juan Villoro durante el mundial de Sudáfrica. Desde hace más de un año vive en Barcelona y va a ver al Barca cuando juega de local, al sector de prensa donde está acreditado para cubrir los partidos para el diario Olé. De paso, dice, cumple la fantasía de ser un cronista deportivo. Así que ahora estamos sentados en la tribuna del Camp Nou vacío y somos argentinos. No queda otra que empezar por Messi: ?Me genera una admiración sin límites que casi nunca llega a ser emoción. Es inevitable compararlo con Maradona porque él está ahí o quiere estar ahí donde está ahora Maradona. La diferencia decisiva es que Maradona emocionaba porque hacía todo como si lo que estuviese haciendo fuese imposible. En cambio Messi hace todo como si fuese demasiado fácil. Entonces no consigue darte esa sensación de abismo que Diego te daba, que parecía que estaba todo el tiempo caminando sobre un alambre sobre el Niágara, con viento fuerte en contra y a punto de caer. Messi en cambio parece un chofer en una autopista. Debería hacer algo para mostrar lo difícil que es hacer lo que hace, que no es normal lo que hace y que nadie más lo puede hacer.
-A Messi lo ves en la cancha y por TV. ¿Qué diferencia encontrás?
-La primera es verlo en vivo tratar a la pelota. La otra diferencia es que por tele se lo ve mejor porque juega muy cortito, siempre con la pelota pegada al pie y desde cincuenta metros no se ve exactamente qué hizo. Recién te das cuenta bien lo que hizo cuando lo ves en las repeticiones porque a veces son movimientos mínimos en menos de medio metro. La última diferencia que no se ve en la tele es ver cuánto tiempo se la pasa remoloneando en la cancha. Desaparece del partido y se va a un rincón, se queda ahí, quieto, mirando para abajo, se hace el boludo, como si estuviera todo el tiempo regulando sus energías, con lo cual si es así, es algo muy inteligente.
¿Es posible decir algo más sobre el Barca de Guardiola? Siempre. ?Messi es el mejor jugador del mundo y uno de los mejores del Barcelona. En cincuenta años nunca vi jugar tan bien al fútbol y con el nivel que lo hacía ese Barcelona de Pep y como aún todavía juega algunas veces. Tienen como una elegancia que por momentos se transforma en barroquismo. Parece que dijeran ?bueno, a ver, cómo la podemos hacer un poco más difícil, más elegante, lujosa, con más toques, a lugares más raros, a movimientos que nadie previó?. Esa idea de tener la pelota para que el otro no la tenga y que para tenerla hay que tratarla de la mejor manera posible parece una perogrullada pero nadie lo había hecho tan bien como lo hicieron estos tipos.
-¿Por qué creés que se fue Pep?
-Hay muchas versiones, pero dicen que no quería pasar por la situación de tener que clausurar el ciclo, como tal vez le pasa ahora a Martino. Una de las cosas que está haciendo el Tata es darle mucho menos juego a Xavi, por ejemplo. Para mí es el jugador más importante del Barcelona, incluso más que Iniesta y Messi. Es decisivo en el armado y el manejo de la pelota pero se está haciendo viejo y Guardiola en algún momento le iba a tener que decir ?hermano, pasamos quince años juntos pero ahora te vas a tener que ir?. Y no se la bancaba como tampoco se bancaba el monstruito que él había contribuido a crear, que es Messi. Él le había dado todo el poder -y con todo sentido- pero Messi había tomado mucho más poder que lo que se ve públicamente. Y no creo que Guardiola haya tenido ganas de enfrentarse con eso?.
Martino. El Tata. El rosarino que llegó para la incómoda misión de archivar la gloria de Pep y parir algo nuevo. ?Creo que debe tener una disyuntiva rara porque a veces lo miro cuando está parado y después de una gran jugada del Barca, imagino que piensa: ?¿estos tipos juegan para mi? ¿es mi equipo??. Y al mismo tiempo pensar como desafío: ?¿qué carajo puedo hacer yo con esto que es perfecto? Tenés a dos o tres de los mejores jugadores del mundo. Debe ser una situación muy rara, no? Te cerraron Disneylandia para vos ¿y qué hacés? Sobre todo después de lo que pasó acá con Pep.
Pinchemos el globo de la ilusión y salgamos de Disney por un rato. El fútbol argentino es uno de los peores parques de diversiones: feo, sucio y malo y además inseguro, hostil. Caparrós se enoja, le duele, casi que grita cuando se acuerda que allá lejos, bien cerca, el fútbol está hecho un espanto: ?Es raro lo que pasa. Creo que forma parte de la enorme crisis del fútbol argentino, que es de terror. En todo. El hecho, aparentemente menor, de que ya no puedan ir las hinchadas visitantes es catastrófico. Que vayan a la cancha las dos hinchadas es el fútbol mismo, no es una excentricidad pero nosotros no somos capaces de lograr ni siquiera eso. Es un nivel de impotencia tan extraordinario que parece mentira que lo sigamos tomando como algo normal.
-Como que nos acostumbramos a todo…
-Sí, pero no podés acostumbrarte a todo porque después tenés el país que tenés! Justamente es por eso, por acostumbrarnos, que decidí vivir en otro país. Me parece insoportable que nos vayamos acostumbrando a cosas mucho peores que esas. Nos hemos dejado degradar de una manera que es inverosímil.
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