Para celebrar los 25 años del gran disco “Bad” de 1987, Pepsi lanzó ediciones limitadas de latitas con imágenes de Michael Jackson. Por otra parte, también habrá un disco homenaje, llamado Bad 25, que será lanzado el 18 de septiembre.
El “Rey del Pop” tuvo una larga relación con Pepsi. Después de Los Beatles en los ´60, Jackson fue uno de los grandes impulsores del show bussisnes masivo vinculado a la música y al show. En 1983 había protagonizado su primera campaña de Pepsi junto a sus hermanos, como parte de la campaña ?Nueva Generación? de la gaseosa. Luego Pepsi fue el sponsor principal de la gira del disco Bad y Michael protagonizó el famoso spot “Chase” para la TV, donde se escapaba del acoso de sus fans.
“Redacciones. La profesión va por dentro” (Sudamericana), el último libro del periodista Carlos Ulanovsky es tan corto como intenso. Escrito en primera persona como autobiografía, sus 250 páginas están repletas de vivencias personales y buenas anécdotas. Todas tienen el sello inconfundible de Ula: calidez, rigurosidad en la información y muy llevadero.
Pisando los 70 años, Ulanovsky es tal vez la persona más autorizada para contar la historia reciente del periodismo gráfico local, ya que, sin temor a la exageración, formó parte de las mejores redacciones periodísticas de los últimos cincuenta años. A saber: en las revistas Panorama y Confirmado y en el mítico diario La Opinión, de Jacobo Timerman. Pasó por Satiricón, Humor y Chaupinela, por el diario montonero Noticias y, luego de un exilio en México, por Clarín durante los años del regreso de la democracia. También estampó su firma en El Porteño y el Página/12 de Jorge Lanata. Integró el staff fundador de la revista cultural La Maga, tuvo a su cargo la sección “medios” del fallido primer Perfil (el de 1998) y luego escribió durante más de una década en el diario La Nación y su revista dominical.
Pero además, el periodista, fanático de Racing, tuvo tiempo para trabajar en un par de agencias de publicidad, fundar y dar clases en la escuela TEA y hacer radio. Pero fundamentalmente, se hizo un huequito en su agenda para escribir dieciocho libros, entre los que se destacan los ya imprescindibles manuales que repasan la historia de los diarios y revistas, la radio y la TV: “Paren las rotativas”, “Días de radio” y “Estamos en el aire”, publicados entre 1997 y 2000.
En “Redacciones”, Ulanovsky cuenta su paso por todos esos medios y proyectos y, tal vez sin proponérselo, logra relatar la vertiginosa historia de los últimos cincuenta años de nuestro país. Una tarea para nada fácil, pero el autor pone toda su experiencia al asador y lo consigue casi sin transpirar.
Por otra parte, la enorme trayectoria profesional de Ulanovsky en los medios obliga al lector a reflexionar cuánto cambió el oficio periodístico desde 1960 hasta la actualidad. La parábola va desde aquellos años con un periodismo creativo, de gran calidad y rigurosidad, donde el periodista podía vivir dignamente e incluso ganar muy buen dinero con su trabajo; hasta las grandes crisis por la que atraviesan los medios y sus trabajadores en la actualidad.
“Redacciones” se lee como las nostálgicas memorias de un verdadero maestro periodístico, pero también, como una triste metáfora de tiempos que ya no existen.
Lo único que les importa es descubrir si Tomás Escobar miente. Si gana dinero con su sitio. Para esa misión tan noble e importante, no dudan en ponerse el traje de policía de la Gestapo si es necesario. Ni tampoco en mentir.
Escobar es el creador y administrador de Cuevana.tv, el sitio web que permite ver online cientos de películas y series (que otras personas subieron a otros sitios). Millones de personas de todo el mundo usan el sitio cada día.
El problema es que la mayoría de esas películas están protegidas por derechos de autor y ahora Escobar debe enfrentar las demandas judiciales de los principales estudios de cine y TV. En eso está Escobar, de apenas 22 años, mientras Cuevana sigue funcionando.
Pero hay un muy pequeño grupo de gente que atacan a Escobar desde sus blogs. Esta gente, que dice ser experta en tecnología, emprendedora, creativa y geek, está empecinada en desentrañar las “mentiras” del joven Escobar. Mentiras como que Escobar no gana dinero con el sitio, por ejemplo.
Para eso, el ecuatoriano Eduardo Arcos no duda en escribir un post y difundir mails privados entre agencias de medios y anunciantes con Escobar y acusar a las marcas de “hipócritas” por pautar en un sitio de piratería. Y les pregunta a los anunciantes si no les molestaría que un chico haga copia de sus productos (!). Ay! que horror la piratería. El mundo se cae a pedazos por culpa de la piratería. Arcos se pregunta al final del post si nosotros podemos permitir “que una persona haga dinero a costa de mentiras, y de usando trabajo que no le pertenece?” (sic).
El otro es Amartino, quien tras una larga investigación, publicó en un post policial y buchón una captura de pantalla del abogado de Escobar (?!) para demostrar que Escobar mintió cuando dijo que no tenía para pagar profesionales de grandes estudios. Pero esa captura es de libre acceso en el sitio de Tanoira Cassagne, un estudio de abogados que defiende a Escobar. Parece que a Amartino le molesta que usemos a un abogado para que nos defienda cuando nos demandan judicialmente. O que ese abogado cobre honorarios (bajísimos casi simbólicos, como es este el caso) por su trabajo. Ohhh! Escobar tiene un abogado! Terrible denuncia! Tal vez quiera que nos defienda un arquitecto o un carpintero.
Pero el problema no son las “mentiras” de Escobar. No. El problema es que Escobar (como los chicos de Taringa!, también criticados por Amartino) pueda hacer algo de dinero con sus sitios. Poco o mucho, no importa la cantidad. ¿Qué problema hay que alguien haga algo de dinero para poder costear servidores y que el sitio siga funcionando? ¿Qué problema hay que una marca comercial paute en un sitio visitado por millones de personas? De última, es un riesgo que asume cada marca. ¿Acaso ahora también saben, además de contenidos, gadgets, comunicación, redacción, tecnología, abogacía, medios… de publicidad?
¿El problema es hacer dinero con contenido ajeno? ¿Y Google? ¿Y YouTube? ¿y Facebook? Vamos chicos… que pegarle al más débil nunca fue de hombres.
El problema, entonces, es de celos y envidia. Admítanlo. ¿Cómo se explica sino que de repente ellos -que se cansan de ver películas y series bajadas de la Web- se apropien de una cruzada antipiratería e “ilegalidad” digna de una fuerza policial? ¿Desde cuándo les preocupa tanto la justicia mundial y la supuesta honestidad comercial aplicada a los contenidos de entretenimiento cuando se la pasan bajando contenido pirata? Doble moral. ¿Cuál es el objetivo de sus post? ¿Quieren que Escobar vaya preso?
Los que atacan a Escobar son tan miopes, tan resentidos, tan egocéntricos, que no pueden ver más allá de sí mismos, ni de sus blogcitos. No pueden ver dónde está la importancia de esos sitios como Cuevana, Taringa o en su momento Napster, Kazaa y cientos más que, aún controvertidos, aún con prácticas que rozan lo ilegal, son fundamentales para la historia y la cultura actual. ¿Por qué? Porque reflejan necesidades colectivas, construyen nuevos sentidos. Porque mueven el estado de las cosas. Por que producen cambios a corto, mediano y largo plazo. Tensa la cuerda, molestan, exponen. Generan debates productivos. Modifican estructuras de muchos años, prácticas empresariales y comportamientos. En millones de personas, primero. Y en las industrias involucradas, después. Gracias a todos ellos, nació iTunes, por ejemplo. Y otros sitios legales para ver cine online. Ahora, para evitar la piratería, las series más famosas empezarán a estrenarse en simultáneo en todo el mundo (como ayer Games of Thrones, de HBO), etc.
Esos sitios son llaves que nos permiten abrir puertas que nunca se abrieron.
Es por esas razones, principalmente, que debemos protegerlos, alentarlos y ayudarlos a seguir adelante. No perseguirlos con el dedo en alto como comisarios de la web, como custodios de la ética y la moral mundial.
Detenerse en Cuevana y en “las mentiras” de Escobar es, además de canallesco, muy limitado.
Emprender. Llevar adelante una idea y que esa idea modifique algo, cualquier cosa que sea. Cambiar el estado de las cosas, las que sean. Esa es la diferencia entre estos policías truchos y un Escobar de Cuevana, los Botbol de Taringa!, Zuckerberg de Facebook, Shawn Fanning de Napster y por suerte, todos los verdaderos emprendedores que faltan venir.
Este año en el CES las coreanas LG y Samsung (la comentamos la semana pasada) mostraron sus prototipos de pantallas táctiles totalmente transparentes. Ayer con el amigo Bruno (del blog Vida y Futuro de Perú) estuvimos probando la pantalla de LG. El video:
Es cierto que los límites se corren todo el tiempo pero también es cierto que en gran parte de sus 60 años, la TV siempre estuvo cuestionada por los programas que buscan el rating fácil valiéndose del sexo, el morbo y la violencia. Tetas y culos hubo siempre. Polémicas, bardos en cámara y debates calientes también. Nada es nuevo y todo vuelve.
Sí, hoy parece que la apuesta sube un poco, pero lo cierto es que los productores siempre van a tratar de que la vaca siga dando toda la leche posible. Así que no protesten mucho porque no les darán bola. El show debe continuar!
Tapa de la revista Noticias de agosto de 1990… hace 21 años:
Para competir con la plataforma PLAY de MovieCity y otros servicios similares legales, HBO anunció que está en pleno desarrollo de su propia plataforma de entretenimiento premium para América Latina. Se llamará “GO” y los suscriptores de la señal podrán ver en la Web películas, series, recitales y programas deportivos desde sus PC, notebook, tablet o teléfonos inteligentes. Desde cuándo? no hay fecha oficial pero se calcula que para mediados de octubre el servicio estará listo para los usuarios.
Además, la plataforma tendrá varias características novedosas, como una que permitirá recibir notificaciones y alertas de películas o nuevos capítulos.
El próximo jueves 23 a las 19 hs. en el Auditorio del Rojas (Corrientes 2038) se realiza uan nueva edición del Festival Pantalla Chica. Un gran amigo lo organiza: Capitán Intriga ¿De qué trata el Festival? Es una proyección donde un grupo de invitados muestran sus perlas audiovisuales preferidas de la web. Este año la responsabilidad cae en los siguientes curadores:
Matías Castañeda: Periodista, bloguero y tumblerero. En Twitter: @mc__
Rudi Borrmann: Periodista, docente y web junkie. En Twitter: @DonRudi
Esteban Menis: Director de cine, guionista y entusiasta. En Twitter @llorodefelicidad
Hoy salió mi nueva columna en el diario El Cronista. Se trata sobre la nueva manera de ver televisión, las múltiples ofertas legales que aparecieron en los últimos meses y el futuro de la “caja boba”.
Desde hace un tiempo que venimos hablando de la tendencia de llevar la Web a la tele. Con el aumento de los LCD y la venta de notebooks y netbooks, hoy conectar la computadora a la TV para ver películas y series es cada día más común. Y desde este año, la cosa se simplifica con la aparición de televisores “inteligentes”, es decir, que se conectan directo a Internet para que podamos surfear los sitios web, recorrer YouTube, hablar por Skype desde el sillón o comentar en vivo en Facebook o Twitter el programa del Beto Casella. El fenómeno de Cuevana es un exponente de esto que ya ocurre y no es casual que ahora sean las empresas grandes las que ponen manos a la obra para lanzar distintos servicios que mezclan contenidos (cine, series, shows) con Internet, las computadoras y los televisores.
La semana pasada comentábamos el lanzamiento de MovieCity Play y ahora es el turno de On Video, que lanzó hace poco Telefónica (con una inversión de $80 millones). Es un videoclub online, cuyo diferencial es que podés verlo desde la computadora o notebook y también desde la TV gracias a un dispositivo Wi-Fi que va conectado directo al LCD (en comodato). On Video Está destinado sólo a clientes de Speedy, la banda ancha de Telefónica. Hay películas (calidad DVD), recitales, series, contenidos para adultos y chicos y hasta obras de teatro y cursos educativos. Todos los contenidos se pueden pausar y rebobinar.
El servicio tiene un abono mensual ($40) y también se pueden alquilar películas en forma separada. Desde el momento de la compra, hay 48 hs. para verla.