Hace unos días en Estados Unidos me enteré que es furor de ventas un libro llamado Selfish. Se trata de fotos selfies de Kim Kardashian que se sacó entre 2006 y el año pasado y que ya fueron publicadas en su Instagram.
En las fotos no hay arte ni pretensión alguna. Solo tetas, culos y por supuesto, mucha trompita. En ese sentido es honesto. ¿Qué otra cosa puede publicar esta chica? Al vender mucho, ya se convirtió en un objeto de culto en las principales ciudades, sobre todo en las librerías más cool de New York, leo en un artículo escrito por Juana Libedinsky en La Nación. También la crítica de arte de los medios especializados lo ha recibido con aplausos. En mi caso, lo hojee y en menos de 30 segundos lo deposité en su lugar.
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