El periodista Hernán Di Bello trabaja en la agencia de noticias EFE. Acreditado en Mar del Plata para cubrir la IV Cumbre de las Américas, escribió esta crónica exclusiva para eBlog.
Mar del Plata, ciudad fantasma
Varios vecinos de Mar del Plata huyeron de la ciudad antes del “blindaje” de seguridad impuesto por la IV Cumbre de las Américas, que a partir del viernes reunirá a los presidentes de 34 países del continente en “La Feliz”. Son unos 60.000 los encerrados en la “zona de exclusión”, un territorio de cuatro kilómetros de largo por 600 metros de ancho que desde el lunes es vigilado día y noche por 9.000 policías y militares, helicópteros que sobrevuelan el Hotel Provincial, patrulleros y carros de asalto que van y vienen del Sheraton al Hermitage, barcos de la Armada y gomones de la Prefectura que recorren el Atlántico frente a playas como Bristol y La Perla, desiertas y valladas.
Hay más de 1.800 periodistas acreditados para este encuentro y un centro de prensa subterráneo con centenares de computadoras frente a cuyas pantallas por ahora se sientan pocos. Los enviados de canales de televisión, radios y diarios van llegando poco a poco para contar no mucho.
Que las medidas de seguridad, que las negociaciones centradas en la Declaración y el Plan de Acción que firmarán los gobernantes de la América toda -excepto Cuba-, que la “anticumbre” o la “contracumbre” -en rigor la III Cumbre de los Pueblos de América- y que entre los marplatenses no se ponen de acuerdo sobre si todo esto es la “oportunidad” de convertirse en una “ciudad cumbre”, como rezan unos carteles hechos por el municipio, o la ocasión de ponerle un “Stop a Bush”, la propuesta de los opositores a la cita hemisférica.
La sensación entre los periodistas que por estos días andan por “La perla del Atlántico”: convocatoria de la dupla Diego Maradona-Fidel Castro mediante, la marcha anti-Bush del viernes puede ser tanto o más noticia que la cumbre misma. Y más si el propio “Diez” se suma a la manifestación.
Esto se dijo en el salón comedor del Hotel 13 de Julio, alojamiento por excelencia de la gente de prensa en la Mar del Plata “cumbrista”, donde por un momento se abandonaron los manjares y las copas para ver y escuchar la charla entre Diego y Fidel en “La Noche del Diez”. Por ahora el único atentado ha sido una penetrante llovizna. El tiempo dirá.
Me gustaría poder reenviar esta nota de Hernán a alguna gente conocida.