La semana pasada ocurrieron dos escándalos en el mundo literario norteamericano.
Un libro llamado “Un millón de pequeños pedazos” escrito por James Frey, un ex alcohólico y drogadicto que narraba su calvario, se convirtió en best seller y de ahí no baja hace más de 16 semanas: cuatro millones de ejemplares vendidos. Pero el famoso sitio The Smoking Gun publicó un artículo titulado “Un millón de pequeñas mentiras” destrozando a Frey por haber exagerado y falsificado datos de su vida.
El otro escándalo tuvo como protagonista a JT LeRoy, que se presentó en las librerías como un homosexual obligado por su madre a prostituirse a los 12 años. Otro best seller. Pero The New York Times reveló que LeRoy no es quien dijo ser, sino una señora de clase media que habría inventado todo.
El debate por ambos casos todavía sigue en los medios. ¿Ficción? ¿Realidad? ¿Entretenimiento? Hay voces a favor y en contra. Y el marketing, claro, siempre en el medio. Porque hasta el debate vende.
El periodista argentino Mario Diament, radicado en los Estados Unidos desde donde escribe para La Nación, se refirió al tema el sábado pasado, en su habitual columna “Crónicas norteamericanas”. “A medida que la humanidad se interna en la era del entretenimiento, la verdad se vuelve un valor cada vez más relativo. Parecería que si lo que nos cuentan es suficientemente divertido, somos capaces de disculpar la falta de rigor”, escribió.
Links:
Amazon
The Smoking Gun
La Nación
no me preocupa las “mentiras” que se digan en el mundo literario sino la falta de sentido crítico de los lectores.
El mismo Diament cuenta que el libro de James Frey pasó de ocupar un rincón en las librerías a ser un bestseller gracias a la recomendación de una presentadora de televisión que dijo que lo leyó todo en una sola noche y que la emocionó.
eso es como si Susana Gimenez recomendar un libro…
jorge, la falta de sentido crítico de los lectores no va de la mano con la educación gral?
y sin dudas que me meto en un terreno barroso: ¿Con qué criterio puede uno decidir si está bien o mal que la gente lea tal o cual libro?
Acaso no hay que vender un libro con las mismas reglas de mkt que se aplican a cualquier otro producto? hay libros buenos y malos, como todo.
Pero lo que no creo que sea ético es vender gato por liebre y decir que es un gato espectacular.
Oprah no es Susana Gimenez. La primera promociona un club literario con muy buenas selecciones. El error que tuvo fue el de recomendar un libro como no ficcion cuando mucho de lo que este libro cuenta no es cierto. Es un error muy comun, sobre todo en cuanto a libros de politica. Es por eso quienes recomiendan este tipo de “non-fiction books” tienen asesores quienes se encargan de verificar la autenticidad de lo ocurrido.
Y les puedo dar un ejemplo muy claro de alteracion de la verdad utilizando al mismo Mario Diament, y hasta podria utilizar el titulo de la columna del sabado pasado a que hace referencia el post original de este blog: “Escandalosas verdades a medias”!
En su columna del 7 de enero en La Nacion, titulada “El ascenso y la caida de un lobbista”, Mario Diament nos informa que el juicio a Jack Abramoff implicaria a figuras del partido republicano. Si Diament quisiera informarnos la verdad, tambien tendria que decirnos que este juicio implicaria tambien (y por partes iguales) a figuras del partido democrata, ya que este muchacho Abramoff pateaba (hacia lobby) para los dos lados.
Aqui, como en el caso de Oprah, el lector no tiene la culpa, ya que en ambos casos el lector asume que lo que le dicen es verdad. Pero la mentira tiene patas cortas.
el videos es una truchada se re nota cundo da el pique en el trabesaño un hombre se pone con un palo i en la punta tiene la plota cuando el jugador le pega a la pelota este hombre la hace rebotar en el trabesaño sorprendeme nike estas pobre ultimamamente
yo juego mucho mejor manga de giles