Columna publicada el 7 de junio en el diario El Cronista
Ni en sus sueños más delirantes el físico británico John Logie Baird imaginó en 1926 que, noventa años después, su invento serían pantallas enormes que se conectarían a Internet y se llamarían ?Smart TV?. Así bautizaron hoy a los televisores los principales fabricantes de la industria y, aunque son pocos los que saben aún de qué se trata, la tele conectada a Internet es una de las tendencias tecnológicas que más fuerza tomó en los últimos dos años. Si hasta hace poco el televisor era la ?caja boba?, en 2013 se trata de una pantalla inteligente y delgadísima que nos ofrece en bandeja cientos de opciones personalizadas según nuestros hábitos y preferencias.
?Aplicaciones? es la palabrita de moda en la industria tech desde que un tal Steve Jobs sacó el primer iPhone, allá por el lejano 2007. Ahora todo son aplicaciones. La TV sigue el mismo concepto que los smartphones: íconos de colores en la pantalla con distintos contenidos.
Hay tanto material audiovisual disponible que, en breve, no sabremos con exactitud si lo que vemos en pantalla es un canal de aire o de cable, un programa en vivo o de hace dos semanas, un video de YouTube u hogareño alojado en una notebook, tablet o smartphone, una serie de Netflix o un video que llega transmitido desde el celular de un amigo que tenemos en Facebook o Skype. Tampoco importa. Ahora la TV es a la carta y mansita a nuestros caprichos: vemos lo que queremos, cuando y como queremos.
Aprovechando las restricciones de la gente para ahorrar en dólares, los principales fabricantes ofrecen televisores de alta gama en cuotas fijas y en pesos. Philips traerá en agosto el televisor ?DesignLine? que en diseño corre los límites conocidos: es una lámina de vidrio flotante, sin marco visible ni pie, con un color degradé que va del negro hasta la transparencia total. Apagado, el panel transparente se funde con el ambiente. Ya se presentó en Holanda y otros países europeos. En cuanto a contenido, la empresa trabaja en aplicaciones para Video On Demand (VOD) y Catch up TV, que son algunos de los principales programas alojados en la nube para que el usuario los vea cuando quiera.
?Y tenemos contenidos locales exclusivos: El Trece, Vesvi con más de cien películas gratis, Hoyts Cinema para comprar entradas 2×1 desde el televisor, Gran DT, etc?. explica Ariel Bruzzone, de marketing de televisores en Philips. Para mejorar la interacción con la pantalla, los modelos más altos vendrán con un teclado QWERTY en la parte trasera del control remoto y mejoras en su exitoso (y patentado) sistema Ambilight.
Por el lado de Samsung, acaba de presentar en el MALBA al enorme S9 Ultra High Definition (UHD) de 85 pulgadas que se había llevado varios premios en el CES de enero en Las Vegas. Tiene una cámara que detecta nuestra cara y propone contenidos según nuestras costumbres, la hora del día, etc. También responde a gestos y voz para cambiar de canal y subir el volúmen, hacer zoom sobre una foto, podemos preguntarle si hay un partido de fútbol o algún capítulo nuevo de la serie que vemos habitualmente. Samgung la venderá acá sólo a pedido y a… 350 mil pesos.
Sony trajo a principio de año los primeros modelos Bravia con tecnología 4K (cuatro veces más definición que el HD) de hasta 84 pulgadas. ¿El más caro? unos 100 mil pesos. La empresa japonesa tiene un plus bajo la manga para empujar sus ventas: contenido (películas y fútbol de FIFA), proyectores y cámaras, todo 4K.
La televisión cambió. Ahora son pantallas y nosotros decidimos qué ver.
Cuando era chico, el locutor de Canal 13 decía al finalizar un programa: ?Quédese en el trece para ver…?. Ya no hace falta quedarnos. Los programadores somos nosotros.