por Vale Finazzi
Editorial rocabolsillo me acercó Tres tazas de té, la historia real de un escalador que después de un intento fallido de trepar la segunda cima más alta y dificil de todo el mundo (el K2, ubicada en la frontera entre Pakistán y China) decide conseguir fondos para construir una escuela en un pueblo cercano, tras vivir la experiencia de ver a los niños “aprendiendo” en los suelos fríos. Irá descubriendo que hay “escaladas” mucho más difíciles que la de llegar a una montaña.
Esta decisión nos muestra como la infancia y las experiencias posteriores encauzan nuestro futuro como adultos, desde la educación de nuestros padres, el contexto donde crecemos y lo que le sucede a nuestros seres queridos. Estas experiencias se conjugan de tal manera que hacen que el protagonista conduzca todos los actos de su vida hacia la construcción de la escuela, para la que deberá recorrer un largo camino que presenta obstáculos, no sólo ecnómicos sino culturales. Motivado no solo por su pasado, sino por la promesa que le había hecho a los miles de rostros que lo cuidaron durante su recuperación, luego del intento de ascenso al K2, es que Greg pasará por diferentes situaciones tanto satisfactorias como desmoralizantes, para cumplir su promesa. El camino que decide recorrer se presenta con idas y vueltas, tanto desde el protagonista entre Pakistán y Estados Unidos, como en la dinámica de su relato.