Un año más la capital guipuzcoana dio cabida a uno de los más prestigiosos eventos del cine mundial: El Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
La edición número 64 de este año arrancó con la misma intensidad con la que empezó el Festival, el 21 de septiembre de 1953. Nunca, desde aquellos inicios, se interrumpió. Este evento se concibió como una Semana Internacional de Cine con una clara vocación cinematográfica y comercial. Gracias al éxito de aquella primera edición consiguió el reconocimiento B (no competitivo) y en 1955 la Federación Internacional de Asociaciones de Productores de Films lo reconoció como competitivo y especializado. Este es el origen del icónico premio del festival, la Concha, que se hizo de oro en las categorías más importantes en 1957 cuando el evento alcanzó definitivamente la categoría A. Desde entonces infinidad de grandes nombres del mundo del cine han pasado por este certamen: Federico Fellini, Alfred Hitchcock, Fritz Lang, Elizabeth Taylor, François Truffaut, Orson Welles, Luis Buñuel, Steven Spielberg o Joseph von Sternberg son solo algunas de las celebridades que han dejado huella en San Sebastián. Precisamente para reconocer la importantísima labor de quienes tanto han contribuido con sus carreras al mundo del séptimo arte, se instituyó en 1986 el Premio Donostia que este año ha recaído en los estadounidenses Ethan Hawke y Sigourney Weaver.
En esta nueva edición ha destacado la presentación de la última película de uno de los directores españoles más queridos en su país: Juan Antonio Bayona. El catalán, que ha pasado de colarse (literalmente) en el festival de Sitges a ser uno de los directores más solventes de su país, presentó por primera vez ante el público “Un monstruo viene a verme”. El film, que ya ha divido a la crítica, es una adaptación de la novela homónima de Patrick Ness en la que se narra la vida de Conor O´Malley, que escapa de sus penas a través de un mundo de fantasía creado por su imaginación. Además de este, otros 14 títulos completaron la representación española en su festival por excelencia. De corte social, político y religioso, los títulos españoles estuvieron presentes en diferentes categorías y descendieron en número con respecto a la edición pasada. Uno de los films más esperados, junto con el de Bayona, fue “El hombre de las mil caras”, de Alberto Rodríguez, que se alzó con el Premio Feroz que concede la Asociación de Informadores de Cine de España.
Pero no solo los españoles han tenido una gran representación, Argentina también ha gozado de un buen lugar en el festival. El director Emiliano Torres triunfó en la Sección Oficial con “El invierno”, un drama rodado íntegramente en la Patagonia, que consiguió llevarse la Concha de Plata a la mejor fotografía y el Premio Especial del Jurado. Pero en donde el cine argentino realmente triunfó fue en las secciones de Cine en Construcción y en el Foro de Coproducción Europa-América Latina en las que acaparó gran parte de los premios. En la primera, cuyo objetivo es brindar oportunidades a películas latinoamericanas y españolas en fase de post-producción, la galardonada fue “La educación del rey”, de Santiago Esteves. El film, que gracias a este reconocimiento verá por fin la luz, narra la amistad entre un conductor de camiones jubilado y un ladrón que escapa de la policía.
En el Foro de Coproducción Europa-América Latina el mayor reconocimiento fue para “7:35 AM”, dirigida por el actor y director Javier Van Couter. La cinta, basada en hechos reales, narra la búsqueda de respuestas de dos de los supervivientes a la masacre de una escuela de Carmen de Patagones y está producida por la cineasta Anahí Berneri y el productor Diego Dubcovsky, quién también triunfa más allá de la gran pantalla.
“Hogar”, de Maura Delpero y coproducida por Italia, recibió el Premio Arte Internacional mientras que el proyecto de Juan Pablo Félix, producido por Argentina, España y Francia, se alzó con el Premio Efads-Caci del Foro de Coproducción Europa-América Latina.
Esta 64 edición del festival se clausuró con la proyección en premiere mundial de la coproducción franco belga “L’Odyssée”; un film que narra la aventura que el pionero de la exploración y filmación acuática Jack Cousteau vivió con su hijo Philippe.
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