En unos días viajo a Silicon Valley, un lugar que no figura en ningún mapa oficial ni tiene su cartel verde en la ruta. Sin embargo, es una de las zonas más conocidas del mundo porque allí, hace poco más de medio siglo, nació la tecnología y hoy sigue siendo el punto obligado para cualquier empresa que quiera tener éxito en serio en los negocios digitales. Está desparramado en una zona de valles y colinas, sobre el oeste de los Estados Unidos, en el Estado de California y lo conforman pequeñas ciudades como Palo Alto, San José, Cupertino, Mountain View y Santa Clara.
A principios del siglo pasado, después de la fiebre del oro que atrajo a millones de inmigrantes hacia esa zona desértica y despoblada, el valle (todavía no bautizado Silicon por el silicio de los chips) fue la cuna ideal para estudiantes universitarios, físicos, ingenieros y científicos. Era, literalmente, la tierra de las oportunidades. Por eso nacieron allí grandes avances para la humanidad como la radio, el transistor, el oscilador de audio de HP y el microprocesador de la mano de Intel, las PCs de IBM y Apple, Sun, Cisco, Oracle, el Pac-Man de Atari y la WWW gracias a Netscape, que permitió que a mediados de los ´90, crecieran las .com Yahoo!, Amazon, eBay y Google, entre otras empresitas. La mística del lugar continúa intacta aún hoy: Facebook, Twitter y otros emprendimientos de la web 2.0 siguen naciendo en algún rincón de Silicon Valley.
El valle también es un símbolo del dinero, excentricidad y riqueza rápida. Si fuese un país, Silicon Valley estaría entre las diez mayores economías del mundo. Hay más de 250 mil millonarios en una población de 2 millones y medio y se cree que cada día se suman a la lista 60 nuevos afortunados. Una leyenda nunca desmentida dice que en las rayas de algunos trajes de Jerry Sanders, fundador de AMD, figura microscopicamente su nombre en fila. El desempleo en el Valle es casi cero, hay restaurantes a mil dólares el cubierto y más barcos, avisones privados y concesionarios de Ferrari y Lamborghini que en cualquier otra zona de los Estados Unidos.
Hacia allá, contaba al principio, viajo en un par de días. Me instalaré en las oficinas de Google para ver cómo es trabajar en el buscador más usado del planeta y si es cierto algo de todo lo que se dice de Googleplex, ese guaso campus de 47 mil metros cuadrados que recibe todos los días a más de 10 mil empleados, en su mayoría jóvenes casi genios.
Después me uniré a un grupo de periodistas latinoamericanos para estar presente en el HP Labs Press, donde Hewlett-Packard, la primer gran empresa de Palo Alto fundada en un garage a fines de los ´50, mostrará los productos que lanzará durante el año.
Finalmente, ya fuera de agenda y solo, llegaré a San Francisco. Pero para eso falta… Les iré contando lo que pueda desde allá, donde nació todo.
(Son bienvenidos links, info, contactos de argentinos en Silicon Valley, anécdotas, datos de San Francisco, consejos, fotos, etc.)
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