Twitter morirá. Así como en su momento dimos nuestros primeros pasos en la Web con Netscape, buscamos sitios nuevos en Altavista, estábamos horas adentro de una sala de chat, leímos cientos de blogs todos los días (y tuvimos el nuestro), usamos ICQ y después el MSN para mandarnos mensajes instantáneos con nuestros contactos, publicamos nuestras fotos en Flickr y nos hicimos nuevos amigos en Facebook, llegará el día en que también dejaremos de usar Twitter. La cuestión pasa unicamente por saber cuándo y por cuál lo reemplazaremos.
Es cierto que hoy, quienes lo usamos todos los días, nos parece imposible pensarnos sin Twitter. El mundo de los medios y las comunicaciones parecen danzar alrrededor de lo que millones de personas tuiteamos cada día. Muchos de los mensajes en 140 caracteres marcan la agenda política, el espectáculo y lo que ocurre en el ambiente deportivo antes, durante y después de cada partido. Presidentes, ministros, ídolos deportivos, vedettes, conductores de TV, periodistas, famosos, actores, humoristas, bloggers y publicistas. Es muy difícil hoy pensar en alguna figura influyente sin su usuario Twitter. El pajarito manda.
Pero sepan también que mientras usábamos todas esas herramientas y plataformas mencionadas arriba nos parecía imposible pensar en la idea de dejar de hacerlo. Lo mismo ocurrió con otras tecnologías, formatos y plataformas, como la videocasetera el CD, el diskette, el diario y los libros de papel, el teléfono de línea, el pendrive. ¿Alguien todavía usa pendrive?
Decíamos que llegará el día en que la red social del pajarito azul sea un recuerdo. ¿Te acordás de Twitter? nos preguntaremos entre sonrisas nostálgicas como si estuvieramos hablando del cubo mágico ochentoso.
Pero la web 2.0 tiene sus propias leyes y una, tal vez de las más importantes, es que se come a sí misma. Es una de las principales características evolutivas de la tecnología.
Para entender el funcionamiento darwiniano de la web 2.0 es imprescindible pensar diferentes fenómenos simultáneos: la frenética velocidad de desarrollo técnico que posibilita Internet, los millonarios negocios que se generan alrededor de cada nueva plataforma y nuestra inagotable sed de curiosidad como usuarios, que no dudamos en saltar en segundos a cada nueva plataforma de moda que aparece en la Web. Allí, en las tiendas virtuales de aplicaciones, sobrevive el más apto, hasta que muere. Y así sucesivamente. Y lo más probable es que los ciclos de vida de cada nueva app sean cada vez más cortos.
Para estar a tono con lo que marcan las tendencias, hoy usamos Instagram, foursquare y jugamos al adictivo Candy Cruh (antes Angry Birds, antes Farmville, antes…). Ahora la posta es filmar microvideos en Vine (que de Twitter), una aplicación que causa furor y que desde hace pocos días ya está disponible para Android.
¿Qué usaremos mañana? Como decía una profética canción de Los Beatles: tomorrow never knows.
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