Columna publicada en la última revista Newsweek
El último sábado 1 de marzo ocurrió un hecho que pasó casi desapercibido en el mundo de las noticias Web: Netscape, el navegador que a mediados de los ´90 supo llevar de la mano a millones de usuarios en su primera experiencia por Internet, cerró sus puertas definitivamente.
El software fue creado en 1994 por Marc Andreessen, un estudiante de la Universidad de Ilinois de apenas 23 años, quien ya había desarrollado el Mosaic, el primer programa para navegar mediante gráficos, antecedente directo del Netscape. Andreessen fue financiado por Jim Clark, un emprendedor que había fundado a principios de los ´80 la famosa empresa Silicon Graphics, pionera en gráficos 3D que produjo, entre otras cosas, la película Jurassic Park. Al poco tiempo se les unió como CEO Jim Barksdale y Netscape Communications Corp. empezó a rodar.
El éxito de Netscape fue tan rotundo que aún sigue siendo un caso de estudio. Pasó de tener tres empleados en abril de 1994 hasta 100 en la navidad de ese año y… 2600 a los tres años! Al año de vida, y sin demostrar todavía grandes ganancias, Netscape salió a cotizar en la bolsa de Wall Street y en pocos días sus acciones valían más que empresas que tenían varias décadas sobre sus hombros. Fue una explosión casi delirante. Muchos de sus empleados, que tenían acciones de la empresa, se hicieron millonarios en apenas horas. Internet recibía cientos de miles nuevos usuarios cada semana y Netscape resultaba el mejor barco para nevegar libremente por la red. De la mano de Amazon.com nacía el e-commerce y Andressen era tapa de varias revistas, incluída Time, donde posó descalzo sentado en un sillón de Rey.
Semejante ruido llamó la atención de un tal Microsoft, presente con su Windows en más del 90 por ciento de las computadoras del mundo. Con aplicaciones como Netscape, su poderío se vería amenazado y se sabe que a Bill Gates nada le molesta más que la competencia (salvo entre sus productos, por supuesto). Hubo reuniones iniciales en Mountain View donde MS dejó en claro su mensaje a los arrogantes muchachos de Silicon Valley: si quieren que Netscape funcione bien en Windows 95 (a punto de salir al mercado con bombos y platillos), dennos el código a cambio de un millón de dólares. Ante la rotunda negativa, Microsoft decidió no perdonar. La bautizada “guerra de los navegadores” estaba declarada y sólo había lugar para un ganador. MS lanzó su propio browser, Internet Explorer (IE), que venía instalado por default en el Windows. Además, por otro lado presionó comercialmente a grandes fabricantes de PC como Compaq, Dell y HP para que no pre instalasen el Netscape en sus máquinas. En apenas dos años, el IE trepó de cero a 40 por ciento de mercado. La tendencia era irreversible y en julio de 1998 la agresividad de Microsoft pudo más: superó por primera vez a Netscape. Pero el Departamento de Justicia de los Estados Unidos ya había demandado a Microsoft, impulsando un juicio antimonopolio histórico. Sin embargo, para cuando la empresa de Bill Gates aceptó aflojar con la presión, ya era demasiado tarde. Netscape funcionaba con respirador artificial.
La compra por parte de América OnLine (AOL) en casi 9 mil millones de dólares a fines de 1998 fue un manotazo de ahogado que no sirvió para nada. Netscape pagó caro sus propios pecados de soberbia típica de la juventud y por la mala suerte de haberse topado con Bill Gates a la vuelta de la esquina. “Nunca haré de nuevo algo que se interponga en el camino de Microsoft”, dijo años después Clark, hoy fundador de la empresa de salud Healtheon y suegro de uno de los dos creadores de YouTube. Andreessen se dedica a invertir su dinero en redes sociales (como Twitter y Digg, entre otras).
El legado de Netscape lo tomó Mozilla Firefox, que en Europa tiene el 28% de mercado y se presenta como el único rival serio capaz de mojarle la oreja al todopoderoso Microsoft. ¿Podrá?
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