Si esta noticia se hubiese conocido el 28 de diciembre, todos hubiésemos pensado que se trataba de una broma del Día de los inocentes. También podría haber salido en la tapa de Barcelona. Pero no. Es cierto. A partir de octubre, el periodista Jorge Lanata, uno de los más creíbles del país, uno de los fundadores de Página/12, se subirá a las tablas del teatro de revista en el Maipo para hacer unos monólogos de política, actualidad e historia argentina (!?) en la obra La rotativa del Maipo. En su propio diario, un culposo Lanata se justifica, aclara que no bailará y explica por qué aceptó el ofrecimiento de Lino Patalano. Dice y dice pero no convence. Dice que no bajará la escalera pero que sí estará en el saludo final, que no usará conchero (?) y que repartirá entre el público declaraciones juradas de los políticas kirchneristas.
Cuando escuché por radio la noticia, iba en un taxi cordobés del aeropuerto al hotel. El taxista pegó una carcajada “que culiaooo” moviendo la cabeza de un lado al otro. Yo no sabía si la noticia era cierto o era otro chiste cordobés. Pero era cierto… ¿Qué opinan ustedes? ¿Está bien o está mal que un tipo que construyó su imágen a fuerza de denuncias de corrupción se suba a las tablas en una obra junto a Ximena Capristo? ¿Se aburrió ya de Crítica? ¿Es un todoterreno? ¿Cuál es el límite a su inmenso ego? ¿Es Lanata un transgresor, el nuevo Pinti y Tato Bores o en realidad se fue bien al carajo?
(foto de Malas Palabras)
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