columna publicada hoy en la revista VIVA:
?Las buenas fotos se toman cuando la gente hace cosas?, explica un casi anciano Ron Galella en el documental que se exhibió en su muestra ?Paparazzo Extraordinaire!?, a fines de agosto pasado en el museo fotográfico Foam de Amsterdam, en Holanda y que tuve la fortuna de ver.
Cuando pienso en espías indiscretos y en algún antecedente inmediato a los stalkers actuales que trabajan atrincherados detrás de las redes sociales, me acuerdo del fotógrafo norteamericano, considerado el pionero de los ?paparazzi?. Fue él quien contribuyó como ningún otro a crear la figura de ?celebridad? en la recién nacida industria del espectáculo durante la segunda mitad del siglo pasado, cuando los medios de comunicación masivos comenzaron a influir con más fuerza en las audiencias.
Nacido en el Bronx en 1931, Galella tuvo su pequeña gran obsesión: Jacqueline Kennedy Onassis, la entonces viuda de JFK. La perseguía día y noche, sin descansos ni feriados. Con la prolijidad de un relojero suizo, anotaba en un cuaderno fecha, hora y lugar donde ella iba y era capaz de esperarla durante horas en la puerta de un edificio o un hotel, bajo el sol, lluvia o nieve. Por donde ella caminaba, Galella asomaba detrás. La relación se tornó tensa, insoportable. Hay fotos donde ella lo insulta a los gritos, desencajada. Incluso le ordenó a sus guardaespaldas que le rompan la cámara. El grito de Jackie (?Smash his camera!?) se convirtió en el título del documental sobre el fotógrafo que León Gast estrenó en el Festival de Sundance en 2010 y que aconsejo ver en YouTube.
En un caso que sentó precedentes en el periodismo, la Corte de Justicia le prohibió acercarse a ella y a sus dos hijos, pero Gallela insistió. Muy de a poco, con la paciencia de una araña, el fotógrafo fue ganando algo de su confianza. Primero unos tímidos buen día, después un cruce de palabras. Hasta que un día, el 7 de octubre de 1971, mientras cruzaba la elegante Avenida Madison en New York, Jackie se dio vuelta y le sonrió. Aquel instante significó la gloria. La foto en blanco y negro fue su propia ?Mona Lisa?, como Galella la describió años después. Una bellísima Jackie camina divinamente despeinada, en jeans y con unos anteojos de sol en la mano sin saber que, muchos años después, aquel instante sería la referencia obligada de cualquiera que busque a Galella en Google.
Pero el fotógrafo hizo cientos de otras fotos a las grandes celebridades de los `60 y `70 como Marlon Brando (quien fastidiado por el acoso, le rompió la mandíbula), Sophia Loren, Mick Jagger, Andy Warhol, Los Beatles, Greta Garbo, Woody Allen, Robert Redford, Paul Newman y Al Pacino, entre otros. La lista es interminable y todas esas imágenes adornaron las páginas de las mejores revistas del mundo: Paris Match, Time, Vanity Fair, New Yorker y Life, entre otras.
Galella, que sigue revelando a mano en el cuarto oscuro y se resiste a pegar el salto al mundo digital, asegura que la clave de una buena foto es mirar a los ojos al protagonista. ?Lo dicen todo?, explica. Da otras pistas: rapidez, paciencia, estar siempre un paso adelante que la víctima. Gallela es un perfecto stalker. De los de antes o uno como los que ahora se aprovechan de la tecnología. Da lo mismo: espiar al otro y disfrutar de la intimidad ajena nunca pasará de moda.