(Entrevista a Diego Pando publicada en la revista Wobi de octubre)
Diego Pando, uno de los fundadores de Bumeran.com volvió al mundo online con Avalancha.com, un sitio de comercio electrónico que busca competir con los grandes. Emprendedores, negocios y budismo.
POR LEANDRO ZANONI
Los medios les han dado una exposición enorme a un montón de tipos que se hacen llamar emprendedores; pero cuando se les pregunta qué han hecho… resulta que no hicieron nada. O muy poco. O lo que tienen es algo con poco sustento. Entonces, ¿voy a salir a contar lo que hice? No. Yo sigo trabajando, me sigo involucrando en mis proyectos. Soy un entrepreneur, pero además una suerte de manager encubierto. No estoy en el día a día de muchas empresas, pero tarde o temprano sus fundadores me piden que los ayude. Por lo tanto, de alguna manera también soy parte del management. Ese es mi fuerte, y lo que me gusta hacer. Salir a contarle al mundo todo el tiempo qué es lo que hago no está en mi naturaleza. Prefiero trabajar, y meter mano en algo que me interesa. Por ejemplo, ahora estoy a punto de viajar a Panamá para visitar a un potencial inversor, muy grande. ¿Es mi rol? No. De hecho, es el rol de la CEO que me pidió que la acompañe. Y voy encantado, pero no en el rol de inversor sino en el de Diego Pando; alguien al que le gusta llevar adelante proyectos, al que le gusta armar equipos cuyos integrantes se sientan bien en el trabajo que hacen, al que le gusta ayudarlos cuando tienen algún problema. Porque no se trata de ayudar solo cuando está todo bien. Eso es lo que me gusta: ayudar.?
Diego Pando tiene 45 años y habla apurado, sin pausas. Es una máquina de emprender: maneja seis o siete proyectos en simultáneo. El más reciente es avalancha.com, una tienda online de productos de tecnología y línea blanca que planea expandirse a otros rubros (ver recuadro). Ahora está sentado en la misma oficina que usó su abuelo materno, Francisco Soldati, ubicada frente a la Plaza San Martín, una de las zonas más distinguidas de la Buenos Aires opulenta de mediados del siglo pasado. Y empieza la entrevista contándole a WOBI sus orígenes: ?Vengo de una familia de empresarios. Mi abuelo era un empresario extraordinario. Mi otro abuelo, de la rama Pando, era un hombre de campo, muy tranquilo, de perfil bajísimo. No le gustaban los compromisos sociales. Se murió antes de que yo naciera. De Soldati heredé el espíritu empresarial, a enfocarme en los negocios, analizarlos, establecer relaciones. Por su manera de ser, de presentarse, me marcó mucho. Pero lo cierto es que tengo un mix de los dos.
-¿Cómo fue su educación?
-Fui a un colegio extraordinario, el San Andrés. A los 18 me fui a estudiar a los Estados Unidos, a la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania. Ahí conocí a Marcos (Galperín, CEO de Mercado Libre). Hice en tres años una carrera de cuatro y me recibí en el ?90. Terminé y me fui a la India durante un año. Volví a la Argentina, trabajé 12 meses en YPF con Marcos, pero no me gustó nada. ?Esto no es lo mío?, dije, y volví a la India, donde pasé dos años. Vivía en el norte, con los tibetanos, en el medio de la montaña. Enseñaba inglés, ayudé a construir un colegio, meditaba mucho. Fue una experiencia muy linda.
-¿Qué le dejó como enseñanza?
-La reafirmación de lo que aprendí siendo muy chico: que no hace falta mostrarle a la gente quién es uno, sino dar el ejemplo. Basta ver al Dalai Lama para advertir que es un grande. Hace lo que realmente le gusta, y lo hace con pasión. Eso, de alguna manera, conta- gia, en especial a la hora de establecer prioridades. La India me enseñó varias cosas: a ser una mejor persona, a ocuparme de los demás. Trato de aprender a escuchar a otros antes que a mí mismo. Algo muy bueno, pero al mismo tiempo peligroso si no logramos un equilibrio, porque corremos el riesgo de olvidarnos de nosotros y de lo que nos rodea. En consecuencia, tengo claro que lo más importante es mi familia: mi mujer, que siempre me acompaña, y mis tres hijos. Resumiendo, vivir en la India me dio una formación para poder afrontar cualquier circunstancia.
-¿Y esa manera de ver las cosas aún se mantiene?
-Va y viene. Hago retiros espirituales y mucho deporte, todos los días, porque así logro estar tranquilo o conmigo mismo.
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