Hoy sábado 26 se de septiembre se cumplen 40 años exactos del lanzamiento del disco Abbey Road, para muchos la obra cúlmine de Los Beatles. Las 17 canciones fueron grabadas a mediados de 1969 cuando ya el grupo estaba harto de sí mismo. Fue él último trabajo juntos (aunque poco después saldría Let it Be, grabado antes) y ya casi no se podían ni ver entre ellos. Cada uno estaba pensando en su etapa solista y en sus cosas. Por eso muchas canciones fueron grabadas por separado. Yoko Ono, inseparable de John Lennon, metida en los estudios y opinando como una más, irritaba a todos; un arrogante Paul McCartney haciendo lo imposible para seguir adelante como sea; George Harrison embelesado con Oriente (en el disco pudo colar, al fin, dos temazos suyos: Something y Here Comes the Sun) y Ringo Starr con un pie en el cine. Tenían desde problemas personales hasta conflictos por la administración de la fortuna del grupo. Sin embargo, todo eso quedó de lado a la hora de componer y tocar porque el disco resultó una joya musical impresionante con canciones como Oh! Darling, You never give me your money, Octopus Garden (de Ringo) y I Want you, entre otras. Y todo cierra con un inolvidable medley de cierre (el lado B del disco original) de dieciséis minutos con temas cortos como Golden Slumbers y Because. Hay que escuchar ese solo de batería de Ringo al comienzo de The End!
Pero vamos a hablar de la tapa del disco que es, además, una de los íconos de la cultura popular mundial y la más recordada de la historia de la música. Y también, parte de varios mitos. Ellos cuatro caminando en fila india por una de las esquinas de Abbey Road (el estudio famoso de EMI queda a mitad de cuadra, sobre la izquierda, delante del Volkswagen). Mucho se dijo y se dirá de aquella tapa, que simula ser un entierro. Lennon, de blanco, hace de cura. El muerto es Paul, que va descalzo, con los ojos cerrados y el paso cambiado. George es el sepulturero, de jeans informales. Y Ringo, vestido de traje negro, es el amigo del finado. La leyenda cuenta que Paul había muerto realmente y el de la foto era un doble. Él mismo respondió con su disco en vivo “Paul is Live” en 1993 (ver foto abajo).
La histórica tapa se resolvió en un rato cuando Lennon propuso “y si salimos allá afuera y hacemos un par de fotos?”, como queriendo terminar con el asunto e irse a su casa. Así fue. Las apenas seis tomas fueron hechas a las diez y media de la mañana del 8 de agosto por el fotógrafo escocés Ian Mc Millan subido a una escalerita. Un policía ayudó cortando el tránsito durante diez minutos. Mc Millan murió en 2006 pero su foto vive para siempre.
Las otras tomas, fotos de backstage y diferentes homenajes:
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