El que responde es el periodista Nicolás Cassese, editor de la revista Brando y autor del libro “Los Di Tella” (Aguilar) que acaba de pubicarse.
-¿Cómo surgió la idea de investigar a los Di Tella? ¿por qué?
-Tuve la oportunidad de viajar a Malvinas con Guido Di Tella en el 2000 como enviado del diario La Nacion, en el que trabajaba entonces, y ahí hablamos un poco de la historia de su padre industrial. Al año viajé a Londres para hacer un master y elegí hacer un análisis de la política de seducción de Di Tella hacia Malvinas como tesis. Ya de vuelta en Buenos Aires, entendí que ahí había algo interesante, que la historia de la familia Di Tella era un recorte de la Argentina del último siglo.
-¿Contá algo del proceso de investigación? Cuándo empezaste, tus fuentes, anécdotas, dificultades…
-El proceso total del libro (investigación y escritura) me demandó alrededor de dos años y medio de trabajo part time (¡los libros no pagan las cuentas!). Escribía a la mañana, antes de ir a las redacción de Noticias, donde trabajaba, y los fines de semana. Hice como 50 entrevistas y algunos de las fuentes las vi varias veces. A Torcuato Di Tella, el ex secretario de cultura y uno de los tres protagonistas de la historia, no lo conocía, pero le planteé el proyecto y enseguida se enganchó. La viuda de Guido, en cambio, prefirió no colaborar.
-Qué opinión tenés de los hijos del viejo Di Tella como continuadores de su obra, sus figuras con mucha exposición pública en cargos oficiales…
-Uno de los grandes temas del libro es la manera en que Guido y Torcuato, los dos hijos del viejo Torcuato, lidiaron con la herencia industrial de su hijo. Ninguno de los dos tenía una gran vocación industrial, pero la caída de SIAM los dejó traumados, con culpa y bastante menos ricos que lo que habían sido. La verdadera vocación de ambos era la academia y la política. En Guido, también era el arte y siempre decía que el Instituto Di Tella era, de todo lo que había hecho, lo que más orgullo le daba.
-Contá brevemente quién fue Torcuato Di Tella
-El viejo Torcuato Di Tella fue un inmigrante italiano que llegó a la Argentina a principios del siglo XX, empezó a trabajar de muy chico y armó un imperio industrial. Arrancó con amasadoras de pan, se hizo rico con las heladeras, fue proveedor del Estado argentino y de la clase media en ascenso. Era el Henry Ford argentino y tenía afinidades con el socialismo que fueron menguando a medida que se hizo más rico. Guido es su hijo menor, un mecenas de las artes con vocación por las provocaciones y canciller de Carlos Menem. Torcuato es su hijo mayor, un académico que también disfruta escandalizando y que fue secretario de Cultura de Kirchner y está casado con Tamara, la de Pilates.
-¿Cómo está escrito el libro?
-El libro es una saga familiar. Cuenta la historia del viejo Torcuato y de sus dos hijos. Alterna entre la historia privada de la familia y la historia pública del país.
-¿Con qué se van a encontrar aquellos lectores que saben poco y nada de los Di Tella?
-Se va a encontrar con la historia de una familia poderosa, de un padre que construye un imperio que sus hijos no pueden o no quieren continuar para dedicarse a la política y ser mecenas de las artes. Es un retrato de un país y de una burguesía que quiso ser industrial e ilustrada.