Tecnología, creatividad e innovación fueron las claves de Mark Parker, el actual número 1 de Nike, para llevar a la empresa al primer puesto mundial y convertirse en uno de los principales referentes del mundo de los negocios.
No era muy conocida fuera de Nike cuando en enero de 2006 Mark Parker asumió la dirección de la empresa. Entre sus objetivos principales resaltó una palabra que en aquel entonces no se repetía tanto como ahora en el mundo corporativo: innovación. Parker, diseñador de profesión, llegó a Nike en 1979. Su crecimiento interno fue tan lento como exitoso.
Asumió tras la corta y tibia gestión de William Pérez, que duró apenas un año por los constantes enfrentamientos con el fundador de la empresa, el mítico Phil Knight. Parker, gracias a su exitosa estrategia, llevó a Nike a liderar el negocio de zapatillas para correr y también en basket y fútbol. Al cierre del ejercicio del año pasado, la empresa logró ventas por 31 mil millones de dólares. Para este año espera crecer un 10% y lograr los 50 mil millones en 2020. La revista Time lo bautizó ?el CEO más creativo del mundo?.
Desde que Parker está sentado al frente de Nike, los títulos de la empresa se revalorizaron un 500%. Tiene el poder absoluto y lo ejerce desde su multicolorida y ecléctica oficina del campus de Beaverton, en Oregon. Allí colecciona cientos de zapatillas, cuadros de Andy Warhol, juguetes y hasta esculturas.
La visión tecnológica
La estrategia que aplicó Parker está basada en dos ejes principales. Por un lado, en la creación de vínculos transversales con cada una de las categorías deportivas. Y por el otro, en la innovación y la tecnología. Si bien siempre Nike estuvo asociado a la tecnología, ese vínculo se intensificó durante el mandato del actual CEO. Hoy la empresa tiene tantas patentes registradas como Apple. La estrategia lanzada hace diez años bautizada Nike+ para que los atletas amateurs pudieran medir su rendimiento (distancia, tiempo, etc) con un sensor en la zapatilla y un reloj inteligente dio sus frutos. Pero también vino de la mano de la alianza con Apple para el combo de zapatillas y los exitosos iPod para escuchar música. Junto a una perfecta comunicación, hoy la empresa lidera en la categoría running.
Pero además Nike tiene un acuerdo con los estudios de animación DreamWorks para desarrollar un sistema de diseño en 3D de sus productos, cuyos prototipos son testeados e impresos en impresoras 3D ubicadas en su laboratorio.
A Parker lo definen como un obsesivo del diseño, de voz suave, reflexivo y de modales amables. Además es fanático del running y de las zapatillas. Siempre tiene puestas un par, aunque vista con impecables trajes. También tiene preferencia por los botines de fútbol. Él mismo estuvo al frente del desarrollo de los Hypervenom (los que usó Cristiano Ronaldo). Fueron tan exitosos que en las tiendas los clientes pueden llegar a pagar hasta 200 dólares el par.
Parker quiere poner el foco principal en la expansión mundial de Nike. Para eso decidió desprenderse de otras marcas como Umbro y Cole Haan. Y por otro lado ordenó la compra de la firma Converse en 2003, que con una sólida estrategia de comunicación y costos, logró en pocos años triplicar la facturación y el valor de la marca.
Entre sus objetivos para el futuro están aumentar las ventas en el comercio electrónico, agrandar el mercado femenino (que representa solo el 20% de las ventas de Nike) y por último, mejorar los procesos de fabricación de los calzados hacia uno más automatizado. Esto le permitirá a la empresa ahorrar costos e instalar fábricas más cerca de los Estados Unidos que las actuales en Asia. Busca tener una mayor flexibilidad para adaptarse a la demanda de sus clientes norteamericanos y de esa manera, ofrecer artículos más personalizados de forma más rápida.
Muchos ya lo llaman el nuevo Steve Jobs. Él sonríe y dice que se llama Parker, Mark Parker.
(artículo publicado en revista Wobi, julio 2016)
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