Al mediodía del sábado 7, mientras almorzaba en su casa, Neustadt tuvo un paro cardiorespiratorio. Tenía 83 años y una larguísima y polémica trayectoria en los medios. Siempre vinculado al poder de turno y a los grandes empresarios, trabajó en radio y grafíca desde muy joven y está considerado el inventor del periodismo político televisivo, por su famoso programa Tiempo Nuevo. En sus épocas de influencia, se jactaba de que lo que se decía y pasaba en su programa era noticia en los diarios del día siguiente. Su debacle se produjo al mismo tiempo que la caída del menemismo, del cual Neustadt fue uno de sus más acérrimos defensores. Incansable, creativo e innovador, algunas de sus frases (“lo dejamos ahí?” o “no me dejen solo) penetraron en la cultura popular. Murió practicamente en el olvido, despotricando contra el gobierno de Kirchner y contra casi todo, añorando con impotencia épocas de gloria, fama y poder.

Por esas habituales casualidades del destino, “Berni” murió el Día del Periodista.