(Columna publicada en la revista Newsweek del 13 de noviembre 2008)

¿Lo Pasado pisado?

por Leandro Zanoni

La tecnología no sólo ha modificado brutalmente nuestro presente, también está cambiando nuestro pasado. Apenas una muestra: todavía nadie se puso a pensar en profundidad algunas de las posibles consecuencias que podría tener uno de los usos más habituales de Facebook. Me refiero al fenómeno del uso de la red social como motor de búsqueda del pasado, el nuestro y el ajeno. Pululan por allí cientos de miles de anclas en el tiempo que, en cuestión de minutos, se materializan en nuestra pantalla con la contundencia del presente. Basta encontrar algo, una punta de iceberg, para tirar y desempolvar toda una vida guardada -en el mejor de los casos- en nuestra memoria, siempre selectiva. Fotos de personas que no vemos hace 5, 10 o 20 años, grupos de nuestros colegios primarios, universidades, bandas de música, ex parejas, lugares, juguetes, películas, canciones, objetos y todo tipo de material retro.
Todo y todos a un click. Se vuelve irresistible saludar y entablar una charla con ese amigo de la infancia, que ahora vemos gordo, con poco pelo y rodeado de hijos en las fotos de su último viaje a Disney. Aparecen de la nada los nombres de ex parejas, cuentas pendientes y travesuras adolescentes. También podemos espiar qué es de la vida de los profesores, ex compañeros de trabajo y varios etcéteras.
El pasado como foto. Nos sacude de un golpe para avisarnos que nuestra memoria no era perfecta. Ese patio de colegio no era como lo recordábamos, sino como era realmente. Más chico, menos colorido y sin el brillo que nuestro recuerdo le adosa sin pedirnos permiso.
Daniela Gutiérrez es pedagoga y ensayista, especialista en temas relacionados con la adolescencia y la comunicación. Asegura que estar en red ?es un modo de ser en tiempo y espacio que produce profundas dislocaciones. Un viaje permanente hacia atrás pero también hacia delante. Porque la virtualidad -el soporte- y la propia escritura en ella, es un modo de existencia verosímil pero algo ficcional. O ¿qué decir sino de la comodidad que experimentan los narcisismos mórbidos, faraónicos, inhibidos, enormes o vacilantes? Facebook tiene una plus de exhibición selectiva que permite moderarnos, asordinar las tentaciones, algo de distancia reposada, civil y burguesa. Celebrar la escritura que nos permite mostrarnos ennoblecidos por fabulosas construcciones literarias, calcularnos, administrarnos o corregirnos?. Asegura que el pasado no regresa ni tampoco se anticipa el futuro. ?hay algo de mentira, de proyección, de suposición, de imaginarnos imaginados?. Y advierte: ?La virtualidad también tiene sus trampas, también se esconde, también se disfraza. Todavía no ha sido suplantado el contacto con el otro en vivo y directo, en carne y hueso…todavía la mayoría sigue prefiriendo la vida a una imagen?.
Pero cómo dejar el pasado atrás y enterrarlo como debe ser con redes como Facebook revoloteando sin pausa a nuestro alrededor? ¿Cómo dar vuelta la página? El pasado se hace presente y se re-generan vínculos y relaciones que, posiblemente, sin Facebook, no hubieran tenido ni la más mínima posibilidad de resurgir.