20 August 2014

El desconocido más famoso del mundo

Tianasquare

Fueron miles. No se sabe cuántos, algunos hablan de diez mil. Otros de cincuenta. Hay quien dice que más. Ningún número es exacto cuando se habla de los chinos. Lo seguro es que fueron algunos miles los estudiantes asesinados en la plaza Tiananmen (la más grande del mundo, el centro neurálgico de Beijing) por protestar durante semanas contra la resaca del capitalismo. En suma, contra todo lo que venían aguantando desde la apertura iniciada en 1978: corrupción, miseria, la falta de libertad y el reparto desigual de la riqueza.
Miles de chinitos adolescentes y jóvenes acamparon día y noche para hacer algo extraordinario que hasta ese momento no pasaba ni volvió a pasar nunca más: quejarse juntos. A pesar de la censura en los medios y en un aépoca donde no existían las redes sociales, cada vez más gente mayor y grupos de campesinos del interior del país se enteraba y se iban sumando a esos jóvenes locos que desafiaban a las autoridades.
Las imágenes de la plaza plagada de jóvenes desafiantes empezó a circular en el resto del mundo gracias a los corresponsales extranjeros. Fue suficiente, demasiado. Los que mandaban en el Partido Comunista Chino (PCC) se cansaron y pusieron en práctica la A del buen manual militar: reprimir. Dictaron la ley marcial y el 4 de junio entraron a la plaza con la infantería y tanques que no pidieron permiso para disparar. La dictadura china nunca informó cifras oficiales, pero se estima que hubo entre 800 y 2.500 muertos y más de 7 mil heridos. Ningún número es exacto cuando se habla de los chinos.

Todo eso pasó en 1989, hace exactamente 25 años.

?Esos jóvenes bueno corazón pero tontos. Querían que el gobierno cambie de la noche a la mañana. Generaron el caos y el gobierno pensó que era peligroso para el sistema y tuvo que poner el orden. Ahora jóvenes somos diferentes?, me explica en chiñol “Sonia”, la joven guía turística china que nos pasea por Beijing en 2009. Las guías locales que trabajan en la plaza bajan un discurso oficial muy pro gobierno, muy chino, muy limpio y encorsetado. Por miedo, entrenamiento o convicción (o las tres cosas juntas), resulta imposible hacerles decir algo en contra del sistema político actual.

En el medio de aquella histórica matanza de 1989, un tipo bajito, vestido con camisa blanca y pantalón y sombrero negro, se paró frente a una larga fila de tanques para impedir que siguieran avanzando sobre sus compatriotas. Tenía una bolsa en cada mano. Cuando el tanque quiso esquivarlo, el tipo dobló la apuesta y volvió a ponerse enfrente. Con tan poco, puso en ridículo a tantos. Hay unos segundos de duda, de quietud, desesperantes.

Desde el balcón del sexto piso del Hotel Beijing, ubicado a menos de 200 metros de la escena (en la avenida Cháng An Dà Jie, que como monumento a la ironía significa “Avenida de la Paz Eterna”) un fotógrafo estadounidense llamado Jeff Widener se percató de esa escena y empezó a disparar con su cámara. No se imaginó en aquel instante que una de esas fotos se convertiría en un ícono de la lucha a favor de la paz mundial y un emblema del siglo XX y el fotoperiodismo.
En ese momento, a Widener sólo le importaba que los militares chinos, que revisaban todos los días las habitaciones de los corresponsales extranjeros, no le secuestraran el rollo. Por eso escondió las películas en el inodoro del baño hasta la noche, cuando pudo mandar las imágenes a su agencia, Associated Press (AP). Al día siguiente la foto fue tapa en todos los diarios importantes del mundo.

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Aún hoy se desconoce quién es ese hombre desafiante que tuvo los huevos para hacer lo que hizo. Nadie nunca pudo hablar con él. ¿Qué pensó? ¿qué sintió en esos segundos eternos? Algunos aseguran que se llama Wang Weilin, y que en ese entonces tenía 19 años. Otros dicen que los militares chinos lo fusilaron a las pocas horas. Pero la leyenda crece con el paso del tiempo y hay quienes dicen que el hombre está escondido en algún lugar del mundo, siempre escapando de los juraron venganza.
Al hombrecito corajudo se lo conoce como “el rebelde desconocido” y su fama es tal que, por ejemplo, la revista estadounidense Time lo incluyó en su lista de las cien personas más influyentes del siglo XX.

Esa imágen, aquella foto de Widener, todavía incómoda al gobierno chino que no sabe cómo hacer para que el desconocido pase a mejor vida de una vez por todas.

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La salvaje represión fue todo un éxito y logró su objetivo: hasta hoy, veinte años después, no se volvió a realizar ninguna manifestación ni protesta importante en China.

“Ahora es paz”, me dice Sonia, cuando llegamos a la plaza donde hace 25 años se produjo la masacre.

Más info:
Wikipedia
Wikipedia II
Documental YouTube
Fotos de la masacre

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One thought on “El desconocido más famoso del mundo

  1. Reyes

    Estupendo, este post es exacto al que yo tenia antes, un toque diferente pero mismo diseno,
    enorme eleccion!.

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