9 January 2007

Los dinosaurios van a desaparecer

Enero da para leer un poco más largo y tendido que otros meses. Sobre todo si te quedás en Buenos Aires. El día tiene más horas. No te llegan tantos mails, no hay casi nada digno y nuevo en la TV. Vas más al cine.
Decía lo de leer. Hay más tiempo, así que banquen a este post, que se sospecha más largo de lo habitual.

Ayer leí entera la nota del domingo pasado en La Nación, suplemento Enfoques. La periodista Laura Di Marco sostiene, palabras más, palabras menos, que el periodismo pasó de denuncia en los años ´90, a testimonial en los tiempos que corren. En principio no está mal la idea. Sobre todo si leemos los ejemplos. El famoso libro Robo para la Corona de Horacio Verbitsky vendió en su momento 250 mil (!) ejemplares. El Perro contó al detalle los métodos de financiamiento de la política. La frase creo que la dijo José Luis Chupete Manzano: “Yo robo para la corona”. Poco Después salió El Jefe, de Gabriela Cerrutti. La periodista explicaba quién era Menem, pero sobre todo, de qué manera había llegado a ser presidente. Román Lejtman (no fue nombrado en la nota de La Nación) denunció el Yomagate y las valijas de Amira. Vendió miles de libros y de paso se alzó con el premio Rey de España. Silvina Walger no sólo le puso un nombre a su libro que fue best seller sino también a una época y a una cultura: Pizza con Champagne.
La corrupción y la fiesta menemista tenía verdaderos fiscales en el periodismo. Lanata, Majul (Porqué cayó Alfonsín, Los nuevos ricos de la Argentina 1 y 2, dónde contaba quiénes eran y cómo la habían hecho) y varios más nombrados y no nombrados en la nota de Di Marco, vendían miles de libros y desde diarios y revistas contaban al detalle cómo nos estaban robando en nuestras narices. Los ´90 fueron raros. Mientras esos libros se vendían tipo novelas para la playa de John Grisham, por otro lado, a casi todo el mundo le importaba un carajo todo. Menem ganó en el ´95 y se siguió robando para la corona, para los hijos, para uno mismo, el portero y para el que se tenga que robar.
Ahora, sostiene el artículo de La Nación, esos periodistas tienen más de cuarenta. Se están volviendo viejos. Y no escriben ni investigan nada sobre la corrupción de este gobierno. De hecho, Cerruti trabaja para Telerman, como ministra de Derechos Humanos. Y Verbitsky es columnista político de Página/12, ayer emblema de la denuncia de corrupción, hoy pasquín oficial. Majul acaba de sacar un libro sobre confesiones íntimas, donde pone las muy buenas entrevistas que les hizo a los famasos en un programa de TV por cable. Jorge Fernández Díaz fue quien dirigió Noticias cuando salía una vez por semana con denuncias potentes contra el menemismo. Ahora escribe la bella historia de su Mamá, una inmigrante española.
Lanata, mientras tanto, publica dos tomos impresionantes con la historia argentina contada con su estilo. Sus libros son los que más vendieron en lo que va del siglo. También pone la voz en comerciales de Sprite, escribe el guión de un video de la Bersuit, hace radio, tiene un portal. Pero no está en TV y, aunque la nota de La Nación no lo diga, denuncia cada domingo desde Perfil. Pero ya no es lo mismo que cuando lo hacía en Página. Pareciera que sus bombas tienen la mecha mojada.
También Nancy Pazos, apodada la “menemóloga” en los ´90 por sus conocimientos y contactos en el gobierno. Hoy es la esposa de Diego Santilli, dirigiente macrista. Y se la ve siempre entre Gente y Caras con sus hijos delante de un cartel con sponsors en algún estreno de película infantil.
En las listas de best sellers de no ficción, en vez de haber algún libro que nos cuente cómo se la siguen afanando toda, aparece “Matemáticas estás ahí?”, de Paenza, el horóscopo de Ludovica, la guía YPF, Gaturro de Nik, Padre Rico, Padre pobre y los de historia de Felipe Pigna, que encima son un mito. También los años 70 en todas sus formas y colores: Marcelo Larraquy con Fuimos Soldados, la contraofensiva de Montoneros, la biografía de López Rega, el libro del Tata Yofre (quien sí fue funcionario de Menem y ahora escribe, a la inversa del resto de los periodistas) y el de Jorge Sigal con sus recuerdos del comunismo, entre otros.
Más joven que los nombrados, pero hoy Pergolini tiene cuarenta y tantos, y fue un tipo que supo poner su lengua filosa, su creatividad y su humor corrosivo para mostrar el costado más patético y real del menemismo. Ahora CQC sale por el canal de Telefónica y no tiene ni a Andy ni a Tognetti y solo se ven guiños cómplices con Kirchner y chistes a las estrellas del espectáculo. Mario también actua y produce exitosos y excelentes programas de historia junto a Pigna.
(El único que se mantiene intacto es Marcelingui?, je)

Ese es más o menos el desalentador panorama que plantea el artículo de La Nación (aunque con algunos casos y apellidos agregados por mí). Hay testimonios de algunos de los (ex?) periodistas que hoy tienen 40 y son estrellas que tienen productora propia, escriben sobre su madre, su tío judío o gallego o tano, sus recuerdos de infancia o sobre San Martín y Rosas. Algunos se rodean de dos o tres (o diez) periodistas jóvenes a quienes pagan para que escriban e investiguen por ellos. Van a comer a lo de Mirtha y reciben Martín Fierros. Sus contratos en la TV y la radio tienen los mismos ceros (o más) que las estrellas de TV y radio, actores, humoristas de teatro, vedettes, etc. Saben poco y nada de las nuevos medios, las nuevas tecnologías y su influencia en los más jóvenes. No saben (y tampoco les importa mucho, vamos) que la gráfica está en una crisis histórica en todo el mundo. Supieron ir vestidos de progres por la vida. Despotrican publicamente contra los blogguers porque “todavía no son nadie ni hicieron nada”. Se enojan con ellos porque reciben insultos anónimos en los comentarios. Se enojan por todo, como las divas. Carajo, mierda. Cada tanto se juntan en algún foro y opinan sobre periodismo, medios y lo que venga: fútbol, violencia, el personaje del año, Gran Hermano. Hay excepciones, por supuesto. Y tienen que ver con el tipo de medio donde trabajan. Hay hombres y mujeres de esa generación que trabajan en gráfica o producen en radio o TV y no son conocidos por casi nadie y siguen siendo grandes periodistas. Pero no se trata de ellos, hoy. La mayoría de los de renombre, están lejos, muy lejos de lo que supieron ser. Ya se los ve sin hambre, sin calle. Mal que les pese y se enojen.
Pero no es grave y hasta diría que es natural, porque es una cuestión de objetivos. Pasa en la música y hasta en el fútbol. Una vez que comés, ya no tenés el hambre que tenías antes de comer. Cuando llegás, llegaste. No hay, en general, nuevas grandes metas. Tampoco podés ir hacer una nota a Villa Lugano o a un partido de fútbol sin que te pidan autógrafos o sacarse una foto con vos. Es re incómodo! O ser más famoso que el famoso a quien entrevistás. O sacar un libro sobre corrupción cuando todo el mundo sabe que recibís pauta oficial y te llama a tu celular el mismísimo Alberto Fernández y estás adentro de los 100 influyentes de la revista Noticias. Como Maradona jugando con la camiseta de River, hay cosas que son, irremediablemente, incompatibles.
Además siempre debe pasar más o menos así, generación tras generación. Ellos desplazaron de los medios a los Neustadt y los Timmerman y a los que ejercieron en los ´60 y´70. Así que ahora alguien tomará el lugar que ellos tuvieron en los ´90, pensé. Es así, pensé, mientras leía el artículo de La Nación de Laura Di Marco. Es enero, uno tiene más tiempo para leer.

Pero entonces me puse a pensar un poco más.
En los periodistas nuevos. En los jóvenes. En los que tienen entre 20 y 35 pirulos.
Me puse a pensar qué están haciendo. Qué hicieron, cómo empezaron. Cómo van a reemplazar a los que hoy ya están con otros asuntos. Qué ideas tienen. Qué libros escribieron. Pero antes, indefectiblemente, empecé a hacer un listado de nombres. (Casi todos tienen su blog).
¿Quiénes son? Ellos, los jóvenes. Dónde trabajan. ¿Cuáles son las principales diferencias y puntos en común con la generación de (las damas primero) Cerutti, Nancy Pazos, Magdalena, María Laura Santillán, Catalina Dlugui, Joaquín Morales Solá, Verbitsky, Majul, Lanata, Nelson Castro, Eliaschev, Mónica y César, Chiche, etc?
Cómo ven al gobierno. Qué opinan del periodismo y del futuro de los medios.
¿Quiénes son, para vos lector de eBlog, los nuevos periodistas?

Cuando un año nuevo empezaba y llegaba marzo, la directorta del colegio nos daba la bienvenida en el patio del colegio. Los padres, emocionados, sacaban fotos. Te presentaban a quien a partir de ese año iba a ser tu maestra y te decían qué aula iba a ser la tuya. Entrabas y, entre los nerviosismos y los guardapolvos y útiles relucientes, elegías dónde y con quién sentarte. Las mochilas, zapatillas, cuadernos, bancos, borratintas, boligoma. Todo olía a nuevo y el ventilador de techo andaba. Había tizas sin usar y el pizarrón era más verde que nunca. Se escuchaba “Buenos días alumnos” y todos gritábamos bien fuerte, con ganas, por primera vez y como nunca más gritaríamos después: “Buenos días señoritaaaaaa”.

Es hora de que los periodistas nuevos empiecen a sentarse en su lugar.

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59 thoughts on “Los dinosaurios van a desaparecer

  1. Carmelo

    Querido Wincofon, si crees que los periodistas son iguales a los publicistas es mérito exclusivo de tu cinismo. Recobrando un poco lo de Kapuściński, y tomándome el atrevimiento de refrasearlo, diría que los cínicos no solo no sirven para ser periodistas, tampoco sirven para ser lectores/oyentes/televidentes.
    Igual me gustó eso de que los jóvenes son igual de malos que los viejos pero peor pagos, aunque no comparta la idea me gustó tu frase.

  2. Yo

    gime Jan 9th, 2007 at 9:46 am

    “Roberto Gómez de Clarin.com es la persona que más sabe de tech y juegos en la argentina. Ademas es buen periodista. Siganlo”. Es el mismo que escribio que firefox se desinfla siguiendo a su jefe Don Orione que prefiere al explorer?
    http://www.fabio.com.ar/verpost.php?id_noticia=1309

    Dejate de joder Gime

  3. Uno que pasaba

    El problema es pensar que son periodistas aquellos que están en TV o conducen programas en radio. Ojo: primero habría que clasificar a los periodistas, luego a los dinosaurios y a las nuevas generaciones. Me llama la atención que en estos comentarios y en el post no aparezcan periodistas de reconocida trayectoria en medios gráficos y si aparezcan de medios electrónicos o gente nueva apenas conocida. Tal vez el blog y los comentarios sean la expresión de una generación a la que le falta haber pasado por algunas redacciones en las que si hay verdaderos periodistas, que escriben bien, que consiguen información, que son buenos editores y que no cobran millones como los giles que ponen la cara en la tele y son generalmente analfabetos cuasi funcionales.

  4. Diego

    Es interesante plantearse estos temas, sospechando que somo muchos -la mayoría -los periodistas que estamos opinando.
    Primero, no hay que confundir el compromiso de los medios con el de los periodistas, es decir, claro que los diarios dan pena -sobre todo en verano -pero eso es parte de otra discusión.
    Entre los periodistas destacados -la mayoría en lugares marginales de los medios, como suplemento Viajes o secciones intermedias -hay un sector que terminará quedando en el camino, como dijeron por ahi, porque para ganar un sueldo decente tenes que ser prensa de un diputado.
    Para destacar y visitar, el trabajo en silencia desde hace 5 años de la gente de Revista Sudestada, una joya en materia cultural.

  5. maria eugenia

    gabriela pepe del diario perfil, EXCELENTE.
    esta chica se juega todo para hacer la nota “que vale la pena”.
    una de las personas más inteligentes que conozco, con iniciativa y creatividad para lograr cualquier cosa que se proponga.

    otro periodista que escribe muy bien es diego erlan de la revista ñ.
    últimamente ha aparecido en muchos medios por su nota de bloggers, pero este chico escribe muy lindos cuentos también, que hemos tenido la oportunidad de escuchar en formato de relato en vivo.

    ambos son muy talentosos y les espera un futuro brillante.

    en cuanto a la nota, creo que muchas de las personas nombradas tenían en común el hecho de haber escrito “bombas”.
    creo que escribir libros o notas polémicas te hace ganar unos pesitos pero no te hace un periodista independiente.

  6. Ex P/12

    Hmm….de la nueva generación, destaco a Leila Guerriero y Cristian Alarcón (aunque bordean los ’40). Y un poco más abajo de edad, a Fernanda Nicolini. Debe haber muchos más, seguramente, que estarán tapados por una pequeña caterva de inútiles, acomodados y amantes de editores. Para aquellos, mi reconocimiento.

  7. Fernando

    Asi que para ser periodista, segun algunos comentarios, hay que estar en contra del gobierno actual?. Y que pasa si uno es periodista y esta a favor de la politica actual?. Yo me pase los ’90s criticando el menemismo, estuve decepcionado cuando vote cambio con la Alianza y me dieron politica de derecha y Sunday Horse al ministerio de Economia.

    Ahora por fin no siento asco al pasar por la Casa Rosada. Y soy periodista.

    Eso no quiere decir que no pueda criticar al gobierno actual en lo que se merece y las areas flojas (transporte, Jaime, y la politica de telecomunicaciones que no se decide a ir a fondo contra el monopolio de hecho de Telecom y Telefonica -tambien hay que reocnocer que ambas siguen amenazando con el juicio ante el CIADI como espada de damocles para chantajear al gobierno), pero en general entre lo bueno y lo malo, estoy de acuerdo en mucho.

    Eso me hace ser “no periodista” ? O tengo que escribir en pasquines opositores donde “todo vale” como los de las “viudas de la convertibilidad” para calificar de periodista?

    Salute
    FC

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