Celebrities
La ficción más larga del mundo
La raíz de la cultura que adora a Ricardo Fort y a Susana Giménez, sigue los líos de Britney Spears y se burla de las amantes de Tiger Woods.
Por Josefina Licitra y Neal Gabler
Todo el mundo, a esta altura, conoce a Ricardo Fort. Cualquier argentino que mantenga un intercambio elemental con los medios de comunicación ?Internet, televisión, lo que fuere? sabe que es heredero de la legendaria fábrica de chocolates FelFort; que tiene más dinero del que pueda producir una familia tipo en diez generaciones; que sus cinturones cuestan ochocientos dólares; que en una noche de juerga promedio gasta diez mil pesos; que se habría hecho intervenciones plásticas hasta en los talones de los pies (esto no es chiste); y que suele almorzar arvejas junto a sus mamutes de seguridad (esto tampoco es chiste). Lo curioso, en todo caso, es que unos meses atrás casi nadie supiera que este hombre de cuarenta y un años existía. Pero ahora es una celebridad. Y eso tiene consecuencias inmediatas.
La promoción que los chocolates FelFort no tuvieron en décadas, la tienen ahora con el ramalazo de fama de Ricardo Fort, la oveja negra del clan: un hombre que ?con apenas un puñado de horas frente a cámaras? logró subir las ventas de su empresa en 62 por ciento y demostró que la celebridad, a diferencia de la tradición y de cualquier devenir histórico ?normal?, genera efectos de fascinación instantánea. De la nada salieron Fort, Nazarena Vélez y la tropilla entera de ShowMatch. De la nada salen la británica Susan Boyle, su historia cruda y su voz alada. Y de la nada salieron Jaimee Grubbs, Mindy Lawton y Jamie Jungers: tres amantes de Tiger Woods que supieron
invertir bastante bien sus quince minutos de notoriedad. A la vez que recorrían diarios, revistas y programas de televisión con el fin único de ventilar las mañas sexuales del golfista, trazaban, con su propia existencia poblada de nada, la parábola de una celebridad moderna.
Y es que lejos de las figuras que ?desde Mirtha Legrand a Roberto Pettinato? ganaron un espacio por talento o carisma, hoy la fama está dada por la capacidad de generar acontecimientos. ?Estamos en una época de pantalla caníbal, que va devorando minuto a minuto personajes, historias y situaciones?, resume Luis Ventura, director de la revista Paparazzi. Y es esa lógica del instante, dice, lo que termina dando espacio a gente como Zulma Lobato o Ricardo Fort: individuos creados ex nihilo que en cuestión de días ?suben? a las tapas de las revistas y hacen que hoy la palabra ?celebridad? sea un término sin lustre, suponiendo que alguna vez fue otra cosa. El origen del término ?celebridad? en este sentido se relaciona con el difunto Daniel Boorstin, un historiador que en 1961 hizo un estudio llamado The Image (?La imagen?) con el fin de armar un mapa de la enajenación en la que estaba sumida la población estadounidense. ?La celebridad es una persona conocida por su condición de célebre?, sentenció entonces. Y apoyó esta afirmación ?que fuera de contexto parece una perogrullada? en una coyuntura: Estados Unidos, en esa época, vivía en un estado de ebullición cultural, demarcado por el surgimiento de los medios de comunicación. Y, lógicamente, los ciudadanos empezaron a sentirse cada vez más cautivados por algo que ya no era la realidad, sino su imitación. En ese territorio construyeron su reino las celebrities, figuras hábiles en el armado de ?pseudoacontecimientos?: sucesos fingidos como conferencias de prensa, sesiones fotográficas y estrenos de películas que existían sólo para anunciarse a sí mismos (para ver más en su edición impresa)
Yo congelo mis prejuicios, ok, pero pienso en la gente que compra Newsweek encontrarse con esta tapa!!! Bueh, a lo mejor les gusta…
¿la verdad? si es raro.
El provocador Tinelli, para el disgusto de los oficialistas de Verbitsky y Barones, ayer ?vistió? al millonario de los chocolates ?Fort? y personificó al mediático bailarín como al Che Guevara.
Seguramente correrán líneas de tintas en los medios ?progresistas?.
678 menos 10 le buscara la quinta pata al gato y analizara ?la biblia y el cabezón?. Ellos no se dan cuenta que no es el calefón, que es el humor de Tinelli. Es la gran audiencia que necesita de humor. Pero claro, mesclar al gran ?che Guevara? con el señor ?rico de la tele?, es tocarle el culo a los que se denominan ?revolucionarios del gobierno popular?. Mucho titulo para un gobierno que manosea a la prensa independiente.
Como dicen en la playa cuando venden pirulines ?lloren chicos, lloren?.
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Es cierta esta tapa? quien la hizo? Chiche Gelblumg. Posiblemente venda mucho.
Lo peor son los pelotudos que lo critican y le terminan dando cámara, como CQC o 678
no tiene nada que ofrecer, asi que cuando la novedad pase, nos olvidaremos de este tipo como nos olvidamos del larva
pensar que lo conocí hace 20 años como un tipo normal, común, flacucho; pasaba inadvertido; qué le habrá pasado en todo este tiempo para convertirse en lo que es hoy; no está ni mal ni bien, pero es digno de ser estudiado (tal vez por un antropólogo)
Recomiendo la película Funny people, del divertido Judd Apatow. Ahí hay una mirada interesante sobre la fama y la condición de celebrity.
Lo de Fort no sé si es divertido o interesante, one, two, three, fort, pero que funciona a nivel marketinero, funciona.
Lo ponés a Fort diciendo que leyó mi novela LOGICA GERMINAL, gran NOSELLER de las librerías porteñas, y mañana vendo toda la edición (y el editor feliz).
Muy buena la nota. Me voy a ir a comprar la Newseek.
Por otro lado, cité este blog en una nota del diario Domingo, de TEA, si querés te lo escaneo y te lo paso. Saludos!