Se sabe ya que los canales que emitan los partidos del mundial no podrán vender sus espacios de publicidad por segundos de aire, sino por paquetes. Las propuestas comerciales arrancan desde el millón y medio de pesos por estar presente en los partidos de la Selección, el inaugural y en la final.
Los avisos saldrán antes, después de los partidos y en el entretiempo, ya que la FIFA prohibió esas molestas sobreimpresiones durante los 90 minutos de juego.
Los derechos de televisión para la Argentina los compró TyC Sports (a Infront Sports & Media, una compañía suiza que tiene los derechos de la FIFA a nivel mundial). TyC a su vez los revende a los canales de aire como el 9, América, Telefé y el Canal 13.
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Patética la “guerra” del domingo, con Recondo indignado por las “travesuras” de Fox al adquirir los derechos. Sin la más mínima intención de reivindicar a Don Niembra y cía -a ninguno, bah-, me pregunto si Gastoncito sabe en dónde está laburando…
Más allá de donde esté trabajando Recondo, (que no quita que no pueda quejarse de lo que se le antoje), lo que pasó el otro día con Boca fue un PAPELON.
Digno del fútbol de esta época, donde solo importa el negocio que manda imparable, aún a costa de terminar definitivamente con su principal producto.
No, yo no estoy diciendo que el tipo no pueda quejarse; yo estoy diciendo que el tipo está reivindicando el lugar en donde está trabajando que, en definitiva, hace las mismas cosas que la “competencia”. Con la diferencia, claro, de que cuando los privilegios y notas exclusivas las tienen ellos, se jactan de ser grandes periodistas y no del dinero que ponen para tener diferencias sobre los demás. Se va a ver en el Mundial, se ve en los partidos de los sábados y se ha visto en incontables situaciones…
Sí, conicidimos: una vergüenza.
Para saber más del mundillo del periodismo deportivo no se pierdan la nota que salió en la revista Maxim de Argentina del mes de mayo. El título de la nota es Vergüenza Deportiva. Imperdible.