Lo que sigue es un artículo que escribí hace unas semanas sobre el auge de la fotos sacadas con celulares y los cambios culturales que provoca su uso. Hay testimonios de Julián Gallo (especialista en la materia) y la directora de comunicaciones de Nokia, Yolande Pineda.
La fotografía digital tomada con celulares es un verdadero boom y los especialistas estudian los cambios culturales que provoca en la gente.
Con pocos meses de diferencia, dos hechos marcaron un antes y un después en la tecnología móvil: el velorio del Papa Juan Pablo II en marzo y el reciente atentado terrorista en Londres. Cuando falleció el Papa, miles de personas peregrinaron en Roma durante varias horas haciendo kilométricas colas para poder estar durante menos de un minuto frente al cuerpo. Pero muchos de los visitantes se preocupaban más por tener sus cámaras y ?telefoninos? listos para disparar y captar el momento que por ver por última vez al Papa con sus propios ojos.
Cuando el 7 de julio estallaron las bombas en el subte de Londres, las primeras (y mejores) fotos fueron tomadas por ciudadanos comunes desde sus celulares. En minutos, las imágenes circulaban en Internet casi tan rápido como la velocidad de la luz. Los medios de comunicación tradicionales miraban desconcertados cómo la tecnología se adueñaba de un lugar que hasta hace poco ocupaban. Algo había cambiado.
La fotografía digital llegó para modificar ciertos paradigmas culturales y de comportamiento en la sociedad moderna y su efecto se da tan rápido que muy pocos se detuvieron a analizar el fenómeno. Diferentes estudios ya denominan a los nuevos adolescentes como ?la generación móvil? con características que van desde la toma compulsiva de fotos hasta la publicación constante en álbumes de la web como fotoblogs y moblogs gratuitos (como Flickr). Si usted es un incrédulo, sepa que en Inglaterra uno de cada dos adolescentes tiene un celular y una empresa acaba de lanzar Communic8, un colorido teléfono diseñado para niños de 8 años. Los precios de los equipos con cámaras descienden día a día (hoy se consigue uno por $150) y sacar, almacenar y enviar fotos digitales tiene un costo casi nulo. Además, las prestaciones son cada vez más avanzadas: mayor resolución, flash, zoom, auto focus, etc.
Las cifras del mercado son tan contundentes que hablan por sí mismas. Se estima que de los dos mil millones de usuarios de telefonía celular en el mundo, 500 millones tendrán hacia fines de este año una cámara digital instalada en su teléfono (un 25% del mercado). Y los analistas creen que esa cifra escalará fácilmente al 90% en apenas tres años.
La penetración es altísima si se tiene en cuenta que el primer celular con cámara fue lanzado por la compañía Nokia en junio de 2001 y que un año y medio después, había en el mercado más celulares con cámara que cámaras digitales convencionales.
Se estima que para lograr la masa crítica de usuarios de un producto, este tiene que alcanzar aproximadamente un 20 por ciento de mercado. Por lo tanto, sembrar una nueva aplicación o servicio al teléfono (como la cámara de fotos, ringtones o mensajes de texto SMS) y lograr la ansiada masa crítica en un mercado con 2 mil millones de usuarios en todo el mundo parece casi tan simple como cortar manteca con un cuchillo al rojo vivo. ?No hay marcha atrás?, dice Yolande Pineda, Directora de Comunicaciones Corporativas de Nokia para América latina. ?El usuario de celulares se sofistica cada vez más. El que tiene su pantalla color, después quiere ringtones y cámara digital y después MP3 y así hasta tener cada vez más funcionalidades como agenda, despertador, conexión a Internet, etc. Insertar un nuevo servicio en un mercado tan grande es relativamente fácil?.
Cambios
Casi no existen momentos en el mundo que no sean capturados al instante con una cámara digital. Como se vio en el velorio del Papa, ya no alcanza con estar en el lugar correcto, sino que ahora es casi más importante sacar una foto y subirla al instante en la web o enviársela a alguien. ?Todo está al alcance, todo puede ser capturado, todo puede ser publicado?, dice Julián Gallo, especialista en tecnología móvil y profesor de la materia ?Nuevos Medios? de la Maestría en Periodismo de la Universidad de San Andrés. Afirma que los teléfonos con cámaras ?modifican la oportunidad de tomar fotos y luego el objetivo mismo de la fotografía. Hasta su aparición, fotografiar era siempre una decisión premeditada: quién quería fotografiar debía llevar su cámara. Esto hacía que el calendario de fotos personales estuviera condicionado por fechas (cumpleaños), lugares (viajes, salidas) o eventos. Pero ahora los teléfonos anularon esa agenda y transformaron a las personas en fotógrafos potenciales de tiempo completo. Y este acto transformador les dio enormes libertades. Así aparece en el ?nuevo? álbum de fotos personales una cotidianidad absoluta en la que está integrado el desayuno, el embotellamiento en la autopista, un cartel llamativo o un atentado en el subte?.
Pero las nuevas tecnologías no sólo traen aparejados cambios culturales en los comportamientos de la gente, sino también en la comunicación. El libro gratuito ?We the media? (que de distribuye en Internet) del autor Dan Gillmor plantea la tesis de que, gracias a las nuevas tecnologías, cada ciudadano se ha convertido en un medio de comunicación en potencia. Esto cambia profundamente lo conocido hasta hoy en la producción y el acceso a la información. Pensemos en el transcurso de la historia y en la riqueza testimonial que se lograría en el futuro con tener imágenes de casi cualquier hecho en el momento en que este se produzca (como los recientes atentados en Londres). Imaginemos poder haber visto online miles de fotos de hechos históricos como, por ejemplo, la guerra de Malvinas, el atentado a la AMIA o el mismísimo cruce de los Andes. Y todas fotos tomadas por cámaras ajenas a los medios de prensa tradicionales, que sortean cualquier eventual forma de censura.
Pero no todo lo que reluce es oro y el auge de las cámaras en los teléfonos arrastra varios problemas. Uno de ellos tiene que ver con la seguridad y la privacidad. Con diminutos aparatos es posible fotografiar cualquier cosa en cualquier lugar y enviarla en segundos a la Web para ser vista por millones de personas.
El otro problema es más filosófico y tiene que ver con la utilidad de almacenar una gran cantidad de fotos de escaso interés y no volver a verlas nunca más. Mascotas, todo tipo de objetos y paisajes urbanos pululan en álbumes virtuales que nadie visitará. ?Hoy tenemos cientos de fotos donde antes teníamos una sola y por eso es menos probable que volvamos atrás para volver a mirar alguna. Esta inmediatez puede terminar en el fin de la contemplación y la reflexión sobre una persona, un vínculo o un hecho particular?, dice Nancy Van House, una profesora de la Universidad de California que estudia el uso social de la fotografía. La toma y almacenamiento indiscriminado de fotos puede provocar cierta adicción. ?¿Tu vida es móvil?? es el slogan de la campaña publicitaria creada en España para alertar a los usuarios de la dependencia al celular. La campaña de la Federación de Consumidores en Acción (FACUA) está protagonizada por una joven unida a su aparato móvil a través de unas cadenas que le cuelgan del cuello.
Mientras tanto, cuando este año termine, el mercado de celulares con cámara habrá crecido cuatro veces más que el de cámaras digitales comunes. Desde su blog sobre nuevas tecnologías (www.juliangallo.com.ar), Gallo insiste en extenderles un certificado de defunción a las cámaras digitales tradicionales. ?La desaparición definitiva del mercado es cuestión de tiempo. Una cámara de fotos que no esté conectada a Internet nos resultará un objeto tan muerto como una computadora sin conexión. Las prestaciones que hoy tienen las cámaras de fotos digitales ya fueron alcanzadas por los teléfonos, por ejemplo el Nokia N90 con resolución de 2 megapixel, 4 GB de memoria y capacidad de grabar Mpeg 4. ¿Qué haría entonces que las cámaras de fotos sigan existiendo? La migración es natural. La misma incredulidad que hoy nos despiertan las cámaras analógicas (¿tomábamos fotos con eso?) sucederá con las cámaras en general. Diremos ?¿y no tenían conexión a Internet??.
Leandro Zanoni
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