Un adelanto de la nota de tapa:

Después de 40 años, con una interrupción de 18 en el exilio, Andrew Graham-Yooll se retiró la dirección del Buenos Aires Herald (BAH), el diario más antiguo de la Argentina. Escrito completamente en inglés, el BAH ganó un prestigio único en los medios nacionales por su valiente desempeño en la década del setenta. Publicó las desapariciones ocurridas a partir de 1973 y luego durante la dictadura militar, ante el silencio de los demás medios nacionales. En ese entonces, Graham-Yooll era un redactor tenaz que recibía, tal como dirá luego, “el apoyo, o a veces más la tolerancia que el apoyo” del director Robert Cox. Graham-Yooll se convirtió también en el único informante de Amnesty International para reportar casos de violación a los Derechos Humanos. En 1976, tras un intento de asesinato, una detención y tres causas penales, escapó con su mujer a Londres, donde trabajaría en los diarios, canales y radios más reconocidos de Inglaterra.
Graham-Yooll, flamante ombudsman del Diario Perfil, no pertenece a ninguna corporación periodística pero goza del reconocimiento de sus pares, al punto de que este año presidió el jurado de los Premios Konex de Periodismo y Comunicación. Su independencia le permite analizar, en esta entrevista con Newsweek, el rol de los medios de comunicación tanto en la dictadura militar como en este presente del matrimonio de los Kirchner, a quienes critica donde más les duele. Extractos:

-¿Por qué deja el diario después de 40 años?
-A principios de 2007 anuncié que me iría a fin de año. El diario estaba en venta. Yo había entrado en el ’66. Yo sólo conocí bien, bien, a un solo dueño y con un nuevo dueño no trabajaría, fuera quien fuera. A las cosas hay que ponerle términos. Era una decisión tomada hace tiempo y no un “antiszpolskismo” [en referencia a Sergio Szpolski, que la semana pasada compró el BAH. Aclaración de Newsweek a nuestros lectores: Szpolski también es Publisher asociado de Newsweek Argentina].

-¿Cuáles fueron los momentos de mayor felicidad personal en el Herald?
-Irónicamente, o sorprendentemente, los años setenta. Porque yo tenía la clara sensación de que hacía algo. Era incómodo, algunas veces un poco riesgoso, pero sentía que el periodismo ahí era útil.