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Cortázar inédito
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Guillermo Olivetto: “hoy la verdad se construye entre todos”
En busca de una historia con buena letra
Tomas Eloy Martínez despide a Norman Mailer
P/12
La polémica biografia no autorizada de Roberto Carlos
El último round de un inolvidable
Perfil
Las bandas tienen fotoblogs
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Ciertamente genial la entrevista a Martin Amis y varias notas de las recomendadas, pero ciertamente coincido con Rosa Montero, cada día más inteligente, en la ¿crueldad? ¿innecesariedad -cómo se dirá-? de publicar los cuentos inéditos de Cortázar. Eran malos, tristes, de un Cortázar final, aunque buen escritor, como no puede dejar de serlo, sin dudas, un tipo que nos maravilló a muchos cuando éramos adolescentes (la época cortazariana por defición). Tomo algunas palabras de la columna de la gran Rosa, “Malditos sean los inéditos”, cuyo link no se consigue en Clarín.com, vaya a saber por qué… porque es brillante…
“A mediados del siglo pasado hubo en España un crítico teatral que pasó a los anales del periodismo cuando escribió la más fulminante reseña de la historia. Su malvado texto sólo decía: “Anoche se estrenó en el teatro XXX la obra Tal y Cual. ¿Por qué?” Yo no puedo imitar el laconismo del crítico porque me han pedido 2.300 caracteres, pero repito su pregunta: ¿por qué publicar este cuento de Cortázar? Y, en general, ¿por qué demonios publicar inéditos que el autor no quiso sacar mientras vivía?”
“No estoy hablando claro está, de aquellos textos que el autor ya destinó a una edición póstuma…”
“Pero luego, claro, llegan los herederos, los albaceas, los investigadores, y publican cualquier cosa: ¿por interés económico, por curiosidad cotilla, por mitomanía de fan, por obsesión académica? (…) Cortázar sigue siendo inmenso como cuentista, y no merece que se publique este relato tedioso e innecesario. Malditos sean para siempre los inéditos”.
Qué grande Rosa.
Qué grande Cortázar.