(columna publicada en el diario El Cronista el viernes 26 de septiembre)
Esta semana Spotify, el exitoso servicio de música streaming, cumplió su primer año en nuestro país y para festejarlo difundieron algunas datos: 6 millones de canciones, 712 millones de streams y 388 mil playlist creadas, una fuerte presencia juvenil (de 17 a 24 años) y los artistas locales más escuchados: Abel Pintos, Tan Biónica, Martina Stoessel, Axel y Gustavo Cerati, entre otros.
Fundado por los suecos Daniel Ek y Martin Orentzon en octubre de 2008, el servicio ofrece millones de canciones para escuchar gratis desde la computadora con avisos publicitarios (3 minutos por hora). Pero pagando $ 18 o $ 36 por el servicio Premium se puede tener música con más calidad y disponible desde dispositivos móviles (tablet, celular) e incluso, descargar las canciones para escucharlas sin estar conectado. Es decir, el servicio recibe dinero de los abonados (40 millones en total, de los cuales paga el 15%) y también de los anunciantes. Un negocio que suena afinado.
Las buenas cifras le permiten a Spotify ser la segunda fuente de ingresos para las discográficas, detrás de iTunes (de Apple). Aunque en la empresa se niegan a dar más datos, ellos pagan por cada reproducción unos 0,006 centavos de dólar (6 dólares cada mil reproducciones). De ese número, se quedan con el 30% y el resto va para las discográficas en concepto de regalías, que las reparte a los músicos según los acuerdos. Para algunos músicos consagrados con grandes maquinarias de difusión detrás puede resultar un buen negocio pero para las bandas independientes (sin ningún sello detrás), Spotify les reporta chauchas y palitos, aunque les sirve para darse a conocer y promocionar sus canciones a la espera de mejores contratos (como el caso de la neocelandesa Lorde)
Vino al país el presidente de las operaciones en Latinoamérica de Spotify, el brasilero Gustavo Diament y charlamos en un hotel de Recoleta. “Nuestro principal competidor es la pirateria”, dispara. “Porque apenas el 15% de la música que se escucha es paga (legal). Así que ahí están todavía millones de usuarios que queremos que prueben nuestro servicio”.
¿Ustedes son una empresa de música, de tecnología o una red social?, pregunté. “Es muy interesante porque creo que somos las tres cosas, sin embargo elegiría la opción de una empresa de tecnología porque el 80% de nuestros empleados (1300) son ingenieros y desarrolladores que se la pasan investigando nuevas maneras de hacer un mejor producto”.
Acorde a estos tiempos donde manda la inteligente del Big Data, Spotify compró hace unos meses la empresa Echo Nest, que se especializa en la recolección de datos en contenidos musicales. De esta manera, la aplicación recomendará con más certeza no solo según nuestros gustos musicales y lo que ya escuchamos sino también tomará como patrones otros datos como la edad, el horario y el lugar donde estamos, nuestros contactos, el clima de ese momento y otras variables.
Y sobre cómo escucharemos música en el futuro, Diament dice: “Me imagino que nuestra aplicación se integrará completamente a otros dispositivos, como televisores, electrodomésticos, anteojos, autos, ropa, etc. Será completamente inteligente y sonará durante todo el día, independientemente del lugar donde estés. Podrás escuchar un disco en tu trabajo, subir al auto, bajarte en tu casa y que el disco nunca deje de sonar en todos lados donde vos estés”.