(Columna publicada el 23 de mayo en el diario El Cronista)
Al caer la noche, la ciudad se iluminaba con la luz de la luna y con unas pocas antorchas en las esquinas. Después llegaron las primeras lámparas, que cada casa colgaba en las puertas por orden municipal para iluminar un poco las veredas y calles. ?La iluminación a gas, que iba a modificar los hábitos nocturnos, se vio por primera vez en Buenos Aires en 1823. Pero en las casas seguían las velas de sebo?, me cuenta el historiador Daniel Balmaceda, autor del exquisito y reciente libro ?Buenos Aires en la mira? con 160 fotos de la ciudad antigua. ?Hacia 1850 se combinaban lámparas a kerosene, para el patio principal, con velas de estearina que se usaban en las salas y cuartos de la familia. Las de cebo eran de menor calidad y se compraban para los cuartos del personal, la cocina y demás. Luego por fin llegó el gas a las casas. Les dio mayor luz y calor?, agrega. Las cosas cambiaron. ?En el futuro la luz en tu casa saldrá de los objetos y de los muebles, no de las lámparas. Es más, ni vamos darnos cuenta de dónde viene. Con la voz o un gesto se va a iluminar el ambiente o lo que necesites que se ilumine, del color que quieras?, explica ahora Gladys Gatti, especialista en iluminación que trabaja en Philips desde hace 18 años. Esas son, según ella, algunas de las tendencias mundiales sobre algo tan omnipresente que, paradójicamente, ya casi no vemos: la luz. Hay más: en pocos años la luz será un canal más de comunicación por donde enviaremos y recibiremos información. Podremos interactuar con ella. El rápido crecimiento de las poblaciones en las grandes ciudades exige cada vez más una luz de calidad, sustentable, eficiente, integrada, que contribuya a la seguridad y controlable en forma remota. Es decir, una luz más inteligente para áreas urbanas, que interactúe tanto con la arquitectura del lugar como con los habitantes. De esta manera, la luz para alumbrar grandes espacios (abiertos y cerrados), edificios, estadios deportivos, espectáculos, shoppings, monumentos, autopistas y por supuesto, el interior de nuestros hogares, se ha convertido en un negocio cada vez más importante. En el mundo compiten allí gigantes como Philips, Siemens, LG, General Electric, Osram y también Samsung, que acaba de poner un pie en el sector. Philips es el líder del mercado. El 35 por ciento de la facturación total del grupo holandés ya pertenece a lo que ellos llaman ?Lighting?. Puso las luces en nueve de los doce estadios donde se jugarán los partidos del mundial de Brasil, incluído el Maracaná donde el domingo 13 de julio se disputará la final. Campo de juego, vestuarios, pasillos y también la fachada, se iluminarán con tecnología LED que permite jugar con varios colores. A fines del año pasado la empresa ganó la licitación pública del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para renovar en un lapso de tres años 90 mil de las 125 mil luminarias que forman el sistema de alumbrado en avenidas, calles y espacios públicos. Ya están siendo reemplazadas por LED, que permite ahorrar energía hasta en un 50 por ciento y una mayor vida útil que los focos tradicionales. La luz de LED es más blanca y, si levantan la cabeza, ya se ven en algunas calles porteñas. Esta luz, aseguran, favorece al control y a la seguridad, ya que permite ver mucho más nítido y a más distancia durante la noche. Además, desde un comando central, permite monitorear y controlar la intensidad de la luz en forma remota y de cada uno de los postes de la ciudad. La alemana Osram (propiedad de Siemens y la otra líder del mercado) también apuesta por esa tecnología. En cambio, la coreana LG usó proyectores de plasma para renovar toda la luminaria del estadio de San Lorenzo de Almagro, que estrenaron hace un mes con la presencia de Marcelo Tinelli. Se instalaron 90 proyectores que apuntan al campo de juego. La tecnología usada, explicaron, mejora la definición y claridad de la imagen que emite la televisión ahora que con el HD se necesitan más luz para captar los detalles. Los estadios deportivos, gracias al avance de la televisión digital en directo a todo el mundo, ya deben pensarse más como un set de cine que como una cancha de fútbol. ?Las ventajas principales de estas luces son dos: vida útil con una duración de 15 mil horas (el doble que la tecnología convencional de mercurio halogenado) y medio ambiente, ya que no contaminan? me explicó Thomas Yoon, el presidente local de LG. Un viejo axioma del famoso tratado ?Óptica? de Euclides en la Grecia antigua (300 A.C) sostuvo que la luz viaja en línea recta. Como los negocios.
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