Siguiendo con el tema del sexo en la TV, un artículo en el diario La Nación de la periodista Natalia Trzenko (titulado “¿Quién dijo que el sexo da rating siempre?”) da cuenta de lo dispar que es el rating a la hora de la (nuevamente) denominada “TV HOT”. “Cuando se trata de la ficción y, más allá de cualquier consideración moral que se haga de estos programas, los números indican que el sexo no levanta la temperatura de la pantalla”, escribió Trzenko.
Me pregunto si la historia se repite, es circular o continúa (da igual para este tema) porque desde que tengo uso de razón siempre, cada un par de años, se habla de la TV hot, la tv zafada, la pantalla caliente o nombres similares que a la prensa tanto le gusta usar. Porque, recuerdo la serie Zona de Riesgo en 1991 (una escena memorable de Silvia Pérez “matando” con sexo al personaje de Rodolfo Ranni) y Peor es Nada con las hermanas Callejón y las aventuras de Pepe Carvalho y Yuyito en Hiperhumor, el “desptape” a principios de la democracia con Matrimonios y Algo más de Hugo Moser y Moria Casán y, más acá en el tiempo, las noches hot de los chicos encerrados en El Bar TV. Siempre se habló de TV hot.
La acertada nota habla de algo que parecería ser bstante claro: lo malo es malo, se muestre una teta, dos culos o cualquier otra cosa que impacte, sea sexo hardcore o a un loco con un revolver en la boca. La gente no es estúpida ni come vidrio (aunque a veces se la trate así, y también, a veces, parezca que sí, que es estúpida).
La calidad, a la larga, -siempre- triunfa. Venga a través de sexo, un programa de juegos o un buen noticiero.