Mi columna de hoy en el diario El Cronista:
El 2012 empezó con Internet a los gritos. Es que el año nos recibió en medio de una guerra cibernética, la mayor desde que la Web está entre nosotros. Primero con las protestas en contra de las absurdos proyectos de las leyes estadounidenses SOPA y PIPA, que proponían bloquear cualquier sitio ante cualquier denuncia de contenido que violara los derechos de autor. Por suerte los proyectos se cajonearon y la presunción de inocencia y la libertad de expresión pueden dormir en paz. Por ahora. Las voces de millones de usuarios se hicieron oír en las redes sociales y el 18 de enero, una importante cantidad de sitios, Wikipedia entre ellos, dejaron de funcionar durante 24 horas en una histórica protesta bautizada “black out” (apagón).
Pero los festejos de los usuarios duraron menos que el crucero italiano Costa Concordia. Un día después, el sitio de descargas Megaupload fue dado de baja por el FBI por una supuesta infracción a los derechos de autor. De paso, apresaron en Nueva Zelanda a su fundador, el excéntrico millonario alemán Kim “Dotcom” Schmitz y a otras seis personas. El abuso del FBI fue total. No hubo ningún aviso previo para que los miles de usuarios, que habían pagado el servicio y tenían alojados en Megaupload sus archivos, pudieran recuperarlos. Es importante aclarar que en “la nube” se aloja todo tipo de información, personal, laboral y que no está protegida por ningún derecho de autor. Pero al FBI no le importó ni uno de los derechos de varios miles de personas. Es como si para expulsar a los manteros de la calle Florida, la solución fuese dinamitar la zona y hacerla desaparecer del mapa, con comerciantes, negocios, edificios y peatones incluidos.
La reacción no tardó en llegar. El grupo de activistas digitales Anonymous (simbolizado con la máscara de Guy Fawkes de la historieta y película V de Vendetta) hizo de las suyas y en represalia tumbó varios sitios como el del Departamento de Justicia de EE.UU. y el de Universal Music. Además, expuso en un sitio el catálogo de canciones y películas de Sony, listo para bajar.
Como si fuera poco, apareció Twitter y la semana pasada anunció en su blog que bloqueará mensajes políticos y/o personales, si algún país o persona lo solicita. También eliminarán tuits con links a contenido que viole derechos de autor. “¡Censura!”, gritaron indignados miles de usuarios. La empresa californiana asegura que no, que es para proteger los derechos de todos, etc. Pero pocos le creyeron y los usuarios instaron a no usar la plataforma durante todo el pasado sábado. ¿Casualmente? el anuncio llega unas semanas después de que un príncipe saudí invirtiera 300 millones de dólares en Twitter. De paso, China aplaudió la medida.
La libertad de la Web corre peligro. Que una herramienta tecnológica tan poderosa como Twitter empiece a decidir por su cuenta qué tipo de contenido publica es, por lo menos, alarmante. ¿Quiénes decidirán y bajo qué criterios permitirán o prohibirán ciertos contenidos? Tanto Twitter como Facebook y Google, entre otros sitios, son también nuevos medios de comunicación y, por lo tanto, deberían actuar con la misma responsabilidad, derechos y obligaciones que les cabe a un medio informativo tradicional. ¿Será este el momento ideal para que este debate -tan postergado-se incluya en los foros internacionales que tratan la libertad de expresión como eje principal?
No hay mucho tiempo para perder. Es hora de que los principales actores de la Internet 2.0 se pongan los pantalones largos, asuman la responsabilidad social y política que tienen y empiecen a madurar en este y en otros campos. Que, por cierto, son tan o más de importantes que el de ganar muchísimo dinero con nosotros.
Y sí; es momento de que todos (empresas incluidas) empiecen a discutir qué tipo de futuro queremos. Si hay algo que es claro, es que SOPA y la mar en coche no son necesarias (simplemente viendo el caso Megaupload…); si encima las empresas se alinean naturalmente con esas ideas, estamos hechos.
De todas formas, la legislación tendría que ser más contundente; lo que se hace con nuestros datos, nuestra vida (el caso SUBE, por ejemplo). Imaginen que Google cierra; yo tengo infinidad de información depositada en ellos, desde mi lector de feeds, e-mails, agenda, calendario… Ni que hablar de documentos.
Pero a veces estas empresas no son conscientes de su rol social adquirido. Si finalmente es el momento de empezar el debate necesario, enhorabuena!
No puedo estar tan acuerdo.
No miremos sólo el acto de perseguir a la infracción de la piratería.
Qué pasaba si todos mis archivos de vida estaban backupeados en Megaupload? Qué mierda, no?
Es ahí donde surge la Censura. Es ahí donde el gobierno interviene en mi vida sin mi concentimiento.
Esto es terrible.
Buen post Lalo, por fin uno bueno. El último bueno creo que había sido allá por 2009.
“Que una herramienta tecnológica tan poderosa como Twitter empiece a decidir por su cuenta qué tipo de contenido publica es, por lo menos, alarmante.”
Que una empresa privada que brinda un servicio empiece a decidir por su cuenta las condiciones en que lo hace es normal y esperable.
Nunca nos olvidemos que todas las herramientas que usamos en la web (o la mayoría de ellas) tienen atrás una empresa con una visión (generalmente comercial) determinada y responden a las políticas que esa empresa defina.
No esperemos demasiado de ellos, llegarán hasta dónde les parezca, no hasta dónde nos parezca a los usuarios.
Igual, estoy 100% de acuerdo con el último párrafo, ahí está la papa.
Un abrazo!
estoy de acuerdo con Anibal, en que muchos de los sitios web pertenecen a empresas privadas, y como cualquier medie, puede “clasificar” su contenido, ahora si bien ese mismo contenido esta siendo generado por otros miles de usuarios, de que manera se esta produciendo contenido. De todas formas, siempre tenemos la eleccion, y eso es lo que nos hace libre de elejir tal o cual medio, por ende a los que critican twitter pueden usar cualquier otro medio de comunicacion y ellos mismos rebuscarselas para qe llegue a la misma cantidad de usuarios, si quieren masividad….
me cago en mi puta madre.
esta claro como el agua que esto lo escribio un negrero, de ahi su calidad mas o menos pasable (es decir, que no da tantas ganas de vomitar como los otros post).