El periodista Gustavo Grabia escribe hoy en diario Olé detalles muy precisos sobre la invasión de algunos miembros de la barra brava de River el miércoles durante el partido frente a Belgrano de Córdoba. Grabia, un amplio conocedor del tema de la violencia en el fútbol (escribió el libro “La Doce” sobre la barra de Boca), cuenta, además, las conexiones políticas de los miembros de “Los Borrachos del tablón”: el gremio camioneros de Moyano y el PJ Capital.
Ninguno de los que entraron a apretar y golpear a los jugadores en pleno partido fue detenido, a pesar de que están filmados y ya se saben sus nombres, apellidos y apodos. Mientras tanto, en vez de reaccionar frente a la gravedad del asunto y el delito constante de mafiosos vestidos de hinchas, los funcionarios, los medios y el resto de los hinchas de todos los equipos, prefieren hablar sobre si River se va a la B o zafa.
La historia de siempre, pero cada vez peor.
“La orden salió de las entrañas de la barra. Prolijamente, la segunda línea que responde a la gente de Budge comenzó a cortar el alambrado. Desde un costado, con una bufanda tapándole el rostro, Alejandro Flores, el Zapatero, cuadro del PJ Capital y Borracho del Tablón, controlaba todo. Más atrás, Héctor Godoy, Caverna, líder de la barra, barbita candado incipiente, arengaba. Cuando se hizo el hueco, Chiwi y Tato, de la facción Budge, se mandaron. El Gordo Ale, jefe de ese grupo que era tercera línea y ascendió tras la fractura de la barra, mandó a tres más como apoyo. El papelón se consumaba”.
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