Leyendo Mirá! (de Julián Gallo), me entero que el entrevistado publica en su blog la desgrabación completa de la entrevista que un periodista le hizo. Esto modificaría el proceso conocido de las entrevistas periodísticas, porque se eliminaría todo lo subjetivo que el periodista agrega luego en la desgrabación del reportaje, la edición, etc.
El tema es discutible. La idea es rara y novedosa. Pero no por eso tiene que ser atractiva.
Ocurre que todos los periodistas que hacen reportajes, después de la charla cambian ciertas cosas para que la nota sea entretenida y leída con facilidad. Esto es, alterar el orden de las preguntas (para manejar los tiempos y darle más énfasis, ritmo a la charla, etc.), mejorar las frases del entrevistado, limpiar los “emmmm, errrr, pst… ” y todo explícito que arruine un clima, ordenar las ideas del que habla, agregar datos como fechas, lugares o apellidos. No está mal manipular, siempre y cuando se ponga total empeño en no alterar ningún sentido de lo dicho por el entrevistado ni las preguntas del periodista. Después todo recurso vale para una mejor nota: títulos, comillas, subtítulos temáticos, resaltaditos y un buen principio y final.
Estoy seguro que leer una entrevista “en crudo” sería aburrido e insoportable para todos. Salvo excepciones, claro.
Y cuidado, porque dando a conocer el crudo de la entrevista, saldrían a la luz frases que el entrevistado no quisiera que se sepan: un insulto a alguien, una confidencia, un “off the record”, pedidos de chivos, favores, confesiones íntimas fuera de la nota formal, etc.
No estoy 100% de acuerdo en que los blogs van a cambiar para bien todo lo conocido hasta hoy en el periodismo “tradicional”.
Tal vez, la idea de invertir lo conocido (que el entrevistador publique el reportaje) podría llegar a funcionar como un elemento de control cuando el entrevistado desconfía del periodista o el medio. Pero no creo que ocurra más que eso. Veremos.
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