“Si es por buscar, mejor que busques lo que nunca perdiste”, dice Martín Caparrós que le dijo alguna vez su padre. Con ese consejo arranca y cierra El Interior (Planeta, $42), que acabo de terminar. Es una monumental obra de 631 páginas que arrancó cuando Caparrós puso en marcha su auto (el ahora querible Erre, que antes fue de Osvalodo Soriano y que, después de leer el libro, asoma como una especie de Rocinante moderno. El autor dialoga con su caballo mecánico en varios pasajes) con la idea de averiguar -apenas- qué es la Argentina y quiénes somos. Para eso recorrió durante meses veintipico mil kilómetros, pero por suerte no lo logró, y tal vez ese sea el mejor resultado, el más justo (todavía no puedo responder qué hubiese pasado si lo lograba). Porque el país, creo, es, entre otras miles, esa sensación parecida a la que queda flotando cuando termina la última página.
Caparrós es, sino el mejor, uno de los mejores cronistas vivos de la actualidad. Con El Interior completa una trilogía de crónicas de viajes que incluye a los ya publicados Larga distancia, Dios mío y La guerra moderna.
En este libro, Caparrós parece alcanzar su máximo nivel linguístico. Quien lo sigue, lo encontrará genial. Juega como nadie con el lenguaje. Se da lujos como mechar poesía y versos en medio de la prosa y se toma tantas licencias como su imaginación lo permite (pone y saca minúsculas de donde se le canta, como “dios” o “estado”). Escribe tal cual le dicen, con o sin s, z o acentos. Castellaniza palabras en inglés y siglas (“oenegé”). Su estilo nunca aburre porque sorprende cada tres minutos. Tal vez por eso uno pueda leer tanto sin darse cuenta. Se lo ve a Caparrós en sus anchas, gustoso como un niño jugando en el barro sin que lo reten. Se divierte y se nota y con eso también divierte al lector, aunque diga que odia esa palabra.
Para encontrar eso que busca, usa todo lo que está a su alcance: Un testimonio de una puta, un extranjero, un chanta tipico argentino, periodistas provinciales, políticos provinciales, chicos, ex de todo tipo, travestis, el santuario del Gauchito Gil, perros, un beso adolescente, un tarro de miel (!) o un corredor formado de bananos cordobeses. Todo vale para Caparrós y todo parece servirle. Se mete en una rave correntina, en un velorio, en una riña de gallos salteña, habla con un ex represor que se quiebra y confiesa no poder dormir, busca el humor cordobés, la yerba misionera, la siesta norteña y explica el boom de la soja. Entra a las Iglesias y lee diarios, carteles ruteros…
También provoca algo parecido a la impotencia al retratar constantemente el país industrial arrasado durante las últimas tres décadas.
Sin exagerar, El Interior debería ser lectura para los colegios. Hay historia(s), cultura, tradiciones, anécdotas, verdades y mentiras. Algunos pasajes impresionan, otros emocionan y la mayoría cuentan, dicen, relatan. El final es predecible: el autor volviendo a su casa en Buenos Aires. Prometiendo para un segundo enorme tomo la otra Argentina, la de La Pampa hacia Tierra del Fuego. La Argentina que, como dice en la intro, “es un invento, una abstracción: la forma de suponer que todo lo que voy a cruzarme de ahora en más conforma una unidad”.
Nota: Esta semana, si llego a desgrabarla, estará acá la entrevista que le hice hace un mes a Caparrós, cuando con la excusa del libro, lo tuve casi tres horas en su casa hablando de la Argentina, su vida, la literatura, los medios y los blogs, entre otros temas menores…
Otras críticas:
La Nación
Página/12
un poco exagerada en elogios, el libro es bueno. nada más. el capítulo de Rosario es muy bueno. En cuanto a la prosa poética y las lisencias me parecen muy buenos los poemitas cortos (especie de haiku) los largos no son tan buenos.
El libro me gusto pero a veces Caparrós se pone medio grasa y tira demasiados aforismos o pensamientos originales… por ahí están buenos, pero están en exceso.
la intención del libro, “voy a buscar lo que nunca perdí, un pais” es muy obvia. un libro sobre un viaje, que logra escribir una historia hecha a pie es “los anillos de Saturno” de Sebald, este sí merece todos esos elogios.
Muy bueno el blog. Les recomiendo uno zarpado http://www.irresistiblementemarta.blogspot.com
Cómo te gustaría a vos poder cagarte en la ortografía como Caparrós, no? Bah, de hecho lo hacés post a post.
que vuelva la comentadora de libros ya!!!!
Alguien (q no se yo) sabe el nombre de la pelicula en la que aparece Caparros?
Gracias._
che cretino, como vas a decir el texto con que termina un libro? Y la gente que disfruta leyendolos? no te pensas que es algo que NO quieren saber?
Justo entro aqui para criticar al libro basandome en una serie de articulos aparecidos en la revista de Clarin de una serie llamada “El interior”.
Y gran sorpresa me encuentro cuando veo que se elogia el capitulo de Rosario.
Entiendo que cuando un intelectual se pone de moda, al igual, que un grupo de musica pop, un peinador o cualquier otra mascota de la decadente clase alta porteña , esta suerte de elite se rasgue las vestiduras sin mas tramite, pero aun recuerdo cuando lei ese articulo la gran impotencia que senti como rosarino al leer las barbaridades que ponia este ‘señor escritor’. Nada mas lejos de la realidad ,ni nada mas cerca de la obtusa y estrecha (o maltrecha) vision de un intelectual porteño que parece que por primera vez sale fuera de la gral paz y descubre que hay vida en el siempre despectivamnete llamado “interior” (raro, al pais se lo llama interior, y eso que esta dentro del pais es una suerte de meca corrputa y decadente es el “pais real”, si bien siempre actuo como “exterior” para los genuinos intereses argentinos).
Esta replica no pasara a la historia y seguramente a mas de uno le molestara pero la verdad estoy cansado de que en el mundo nos hagan quedar siempre mal, y que encima tomen con tanta liviandad al pais.
Para muestra basta un boton, ayer en “argentinos somos como somos” se muestra un informe sobre la falta de solidaridad en el pais. Y para eso salen a recorrer pleno microcentro porteño… (!) El dia que ese programa salga de la cajita sabor 15 porteña y recorra el pais podra dejar de llamarse “porteños, somos como somos” y representar una realidad nacional. Mientras tanto, es solo un programa porteño, en un canal porteño.
Firmado:Un comegatos (Ah, a proposito, gracias por enviar a un medio porteño de lso kilates de Cronica a cubrir como otro porteño se pone a cocinar gatos rosarinos en una villa rosarina. Muy piola la idea. Bien porteña)
cristian: dejá de mirar la tele porteña o hace algo para cambiar la situación en Rosario, ciudad que bastantes plomos ha traido a buenos aires. Desde Fito Paez hasta Rozín. Me tienen podrido los interioreros que sólo se quejan porque en baires no miran para ellos. Y qué carajo hay en rosario!!!
Es interesante, lo mejor: las entrevistas a empresarios, polìticos y tortura-
dor, no se deben tomar chistes ya gastados como el del portero que
devino en millonario y es agasajado en su pueblo (una burda copia), la
pobreza descripta es por muchos argentinos desconocida, a quien se le
ocurre visitar esos lugares si no es a un escritor/ investigador, eso si
merece ser rescatado por lo valioso.-
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CAPARRÓS,
Desde Canarias me parecía que Argentina iba a ser un paseo sin mayor quebradero de cabeza. ¡Craso error!
Casi cuatro meses ,del NE a NO …y.. TUCUMÁN
Gracias a los comentarios sobre esta zona en , no he sucumbido animicamente .Lo leí y me salvó : ya dudaba de mi capacidad para procesar y acudía al Ginko para mejor riego cerebral- Sin embargo echo de menos comentarios más entretenidos sobre el maravilloso e “inquietante” Puerto Iguazú. SEGUIRÉ LEYÉNDOLO a cada vez que conozca un nuevo lugar y quiera ampliar y contrastar mi experiencia. Muchas gracias Caparrós por tu libro
SALUD y Próspero 2007 desde San Miguel de Tucumán,
SUSANA
CAPARRÓS,
Desde Canarias me parecía que Argentina iba a ser un paseo sin mayor quebradero de cabeza. ¡Craso error!
Casi cuatro meses ,del NE a NO …y.. TUCUMÁN
Gracias a los comentarios sobre esta zona no he sucumbido anímicamente. Lo leí y me salvó : ya dudaba de mi capacidad para procesar y.. ¡acudía al Ginko para mejor riego cerebral!-
Sin embargo echo de menos comentarios más entretenidos sobre el maravilloso e “inquietante” Puerto Iguazú.
SEGUIRÉ LEYÉNDOLO cada vez que conozca un nuevo lugar y quiera ampliar y contrastar mi experiencia. Muchas gracias Caparrós por tu libro -encontrado en una agradable librería de Corrientes.
SALUD y Próspero 2007 desde San Miguel de Tucumán,
SUSANA
Aun no lei El interior pero si lei La voluntad en sus 3 tomos, Valfierno, y otros por lo q solo hablo del autor y no de este libro queno voy a leer por no interesarme. No todos los libros pueden interesar a todos, Por mi lado viajo mucho al interior y me meto en esos lugares donde nadie por que es mi trabajo.
Que el señor autor es un investigador queda clarisimo en La voluntad muy muy claro.
que sabe llevar a delante una historia de manera intersante y entretenida queda claro en valfierno.
Compromiso social indiscutido (no es el che guevara pero quien lo es?)
No quedan muchos Walsh, recuerden que los mataron a todos.
por lo que mas alla de las criticas literarias que nunca quedaran fuera de tema por ser casi deportivas, lo demas sobra
saludos lean mucho
Caparroz es ácido, ironico, deprimente, muy gracioso, polémico, punzudo, ingenioso, inteligente, irrespetuoso, etc,etc,etc. Con ese cóctel explosivo y un recorrido por el norte-centro de nuestro País no puede salir un libro normal. A mi ver, lo que sale es un librazo, para leer de un tirón, y para llevar en el auto para una segunda lectura “in situ” como hice éste ultimo finde que tuve que ir a laburar a Termas de Río Hondo, y repasé los capitulos santiagueños y Tucumanos. Martín, ponete las pilas y armate la segunda parte con “aquellas provincias a las que la argentina creó”…yo pongo mi R (que es una hembra) y te acompaño, manejo un poco, saco algunas fotos…y cebo mate. Luis Tórtolo – Carlos Paz – Cba
Hola, me gustaría si pudieras pasarme alguna manera de contactarme con martín Caparrós. Soy periodista, de Puan, Provincia de Buenos Aires. Y me gustaría hacerle una entrevista.
Gracias
esto es lo bueno de Caparros hacer debatir a la gente, muy bueno el blogs
Muy bueno el libro, me lo estoy devorando. Re comendable
porfavor necesito leer el libro EL INTERIOR y no lo encuentro, donde podre. gracias .
Leí varios capítulos del libro. Caparrós escribe con la “Soberbia” del porteño que viaja al interior. Remarca varias veces que la gente provinciana odia a lo porteños metiendo a todos en la misma bolsa. Yo no odio a los porteños, no quisiera meter a todos en la misma bolsa, pero si la mayoría se relaciona de manera similar a como vos lo haces en este libro, creo que voy a empezar a mirarlos con peor cara. Sobrevuelan la ironía y el sarcasmo hacia “el país real” en todas las páginas del libro.
En Rosario critica a la banda de Rock “Los Gatos”. Después dice que estuvo mucho tiempo en la peatonal o el centro rosarino y no vio pasar a NINGUNA chica linda de las que se hablan. La verdad si no vio pasar a ninguna es porque tiene anteojeras o fue un domingo a las 8 de la mañana. Viajo seguido allí y estar solo 1/2 hora a la tarde en la peatonal es suficiente para ver la cantidad de mujeres exuberantes que tiene Rosario. Es evidente el prejuicio que tiene este señor hacia dicha ciudad.
En Corrientes estuvo en una yerra de ganado vacuno y dijo que los paisanos le tiraban las criadillas a los perros. Quisiera saber si este hombre no aguanto más y dejó de mirar, porque es imposible que le hayan echado las criadillas a los perros; éstas se comen asadas después de la faena y jamás se tiran.
En Carlos Paz mira, desde un bar, a la gente que está de vacaciones y los trata de manera tan altanera que me hizo pensar que para él son todos retrasados o no se qué.
Un libro lindo para leer, muy extenso. Pero lo tuve que dejar porque no aguantaba tanto egocentrismo de este pseudointelectual que mira al resto de los mortales de soslayo y por encima del hombro creyéndose más importante. Ve la realidad interna del país como el típico porteño que jamas viajó hacia adentro. Sufre de la picardía de la gente del interior y reniega de su ignorancia hacia los pueblerinos tratándolos de una manera muy reprochable. Como siempre creyéndose más que los demás.
El libro es bueno, contiene mucha información útil y esta lleno de anécdotas. Pero me parece que hay varias páginas que están para rellenar y muchas otras en las que se emiten demasiados juicios de valor.
Lo recomiendo. Lo compré y lo tuve que revender porque al leer varios de los capítulos no lo aguantaba en mis manos debido a varias cosas que este señor escribe. Comprendan, soy del Interior.