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El imperio digital
El imperio digital, el segundo libro que escribí, fue publicado a fines de 2008. Trata de la nueva comunicación 2.0, el auge de las redes sociales como Facebook y Twitter, el crecimiento de los móviles y la influencia en las industrias de los medios de comunicación y la publicidad tradicional. En definitiva, de los cambios profundos que Internet y la tecnología produjeron en la última década. Además tiene un poco de historia: Apple, Google, Microsoft, Yahoo!, Amazon. Cómo lograron esas empresas crecer y adueñarse de la Web.
En estos días estuve releyéndolo y me di cuenta que el libro tiene una vigencia particular. En los últimos dos años han proliferado una cantidad importante de agencias digitales, se instaló con fuerza la figura del community manager que maneja y controla las plataformas sociales de las marcas en la Web y todas las campañas publicitarias importantes ya están integradas con el mundo online. Por otro lado, los dispositivos móviles como smartphones y tablets crecieron de manera exponencial y nos obligan a reconfigurar el panorama interactivo.
Por todos estos motivos, decidí subirlo de nuevo para que puedan descargarlo (completo en PDF) quienes no lo hicieron. A leer!
click aquí: El imperio digital
El prólogo es de Alberto Arébalos, ex director de comunicaciones de Google:
“Zanoni busca en El imperio digital ordenar y desentrañar este fenómeno que algunos llaman Web 2.0. La Web es impredecible, caótica y vital. Como sus actores, como usted y como yo. El imperio digital trata de poner orden y explicar ese caos. Sin duda, hacía falta un libro así”.
Domingo
Algunas de las mejores notas de los diarios de hoy:
Clarín
El CHE y las fotos
Faceboom: medio país ya tiene facebook
La Nación
Nombres raros: un límite a la extravagancia
Carolina Duek, las nuevas formas de jugar
Apocalípticos e integrados 2.0
Perfil
Los Pumas x Gonzalo Bonadeo
Huberman: “El problema de Internet es la privacidad”
50 años de James Bond
P/12
El fútbol que no vemos por TV
?La historia de la ciencia es una aventura inigualable?
Letrinet
¿Por qué corremos?
Fuimos a entrevistar al periodista Martín de Ambrosio, uno de los dos autores de este libro interesante que acaba de salir por Sudamericana.
-¿Cómo nació la idea?
-Fue una idea de Alfredo, a partir de que veníamos corriendo entre
amigos desde hace un tiempo, de mis libros previos y de otros libros
geniales traducidos: “Nacidos para correr”, de Christopher McDougall y
“De qué hablo cuando hablo de correr” del gran Murakami.
¿Ya sabés por qué corremos?
-Te hago una síntesis: corremos porque nos da placer. Quizás
muchos no se dan cuenta a primera vista, pero está ese mismo mecanismo
cerebral presente detrás de actividades en las que interviene el
efecto de recompensa, como las drogas o el sexo. No exagero.
-¿Por qué nos cuesta tanto correr? ¿Por qué siento que hay muchísima distancia entre correr 2, 5 o 10K y correr 42?
-Te respondo desde lo hipotético. Supongo que se trata de un cierto quiebre mental más que físico. Una de las cosas necesarias para el esfuerzo físico extremo -a falta de hambre como en las épocas prehistóricas cuando se corría por proteínas, es decir, cazar animales- es fortaleza física y deseo de superar el dolor. Hay que convivir con el dolor, cortejarlo, hacerlo parte de uno. Es así. Como cita Murakami en su libro: el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.
-Escribir un libro tiene muchas similitudes con correr una maratón…
-Sí, escribir un libro es un trabajo horrendo, largo, extenuante, que te
consume, estás todo el tiempo pensando en eso. Así que si no la pasás
bien haciéndolo, si no buscás temas que te diviertan, sorprendan o te
hagan pensar, más vale ensayá el hara-kiri. No nos pasó de querer
abandonar el proyecto porque… estehhhh, bueno, habíamos firmado un
contrato.
¿Cómo fue escribir un libro a cuatro manos?
-Fue muy bueno el trabajo. Cada uno se apoyó en los puntos fuertes
del otro. Como trabajamos en el mismo lugar, casi todos los días nos
veíamos y hablábamos un par de palabras de cómo íbamos avanzando.
Después además trabajábamos en los escritos del otro y se daba un
intercambio frugal. Una gran experiencia, que ojalá no se repita.
¿vos corrés?
-Corro cada vez que puedo y lo alterno con natación. Alguna vez me
tiraré a una maratón de 42k. He hecho varias de 21 en tiempos de
mediocre para abajo (en una hasta me ganó un vicepresidente de
apellido Cobos). Pero qué felicidad.
“Fui elegido”
Discurso de Pep Guardiola en el Parlamento de Catalunya, tras recibir la medalla de oro.
?Fui elegido. Me lo dijo mi amigo David: ?Creéme que el único mérito que tienes, es que te han escogido??. David es Trueba, el autor del libro Saber Perder, que Guardiola le regaló a Messi. El discurso textual de Pep:
?Esa frase es una buena manera de encarar esta profesión. La mejor manera. Si los elogios debilitan, entonces estoy fundido. Porque después si me dicen todo lo que hemos ganado y todo ese tipo de cosas, yo digo sí, claro, no nos podemos quejar, nos ha ido bien, pero sé que para poder transmitir todo esto a mis jugadores, todo lo que yo aprendí, todas estas cosas no me pertenecen a mí. Pertenecen a todos los entrenadores que he tenido. A todos. A algunos más que otros, evidentemente, pero todos me han dejado algo. Pertenecen a todos los compañeros con que he jugado. De todos aprendí. Y a todos los jugadores que hoy tengo la suerte de dirigir. Sólo tengo una cosa que me imputo: estimo mi oficio. Tengo pasión por mi oficio. Créanme. Lo adoro. Lo adoraba cuando jugaba, lo adoro cuando entreno, lo adoro cuando hablo, lo adoro cuando estoy con gente discutiendo sobre esto o aquello?.
?Al final, todo se reduce a instantes, en cada una de nuestras profesiones y nuestros oficios, todo acaba en un instante. Los trabajos que tenemos siempre tienen un instante que nos satisfacen plenamente. Que disfrutamos, que nos da alegría. Yo lo quiero compartir con ustedes. Me gustaría que la gente lo supiese. Antes de cada partido que jugamos, un día antes o dos, yo me voy al sótano del can Barça (NdR: la casa del Barcelona). Subterráneo. Allá no hay luz exterior, es una oficina pequeña, que me he arreglado, he puesto una alfombra, una luz que no está mal? y allí me encierro. Me encierro por una o varias horas. Me llevo dos o tres DVDs. Carles, Dome y Jordi, que son gente que me da una mano, como tantos otros en esta aventura, me dan unos videos sobre el equipo rival con el que tenemos que jugar de acá a uno o dos días.
Me siento, agarro hojas, un bolígrafo y pongo el DVD. Y empiezo a ver y a ver a este equipo contra el que jugaremos. Y empiezo a escribir. Coño, el extremo derecho? el central derecho juega mejor que el izquierdo, el extremo derecho es más rápido que el izquierdo, este juega todos balones largos, este así, este asá, estos suben a la montaña por este lado? estos por el otro? Y voy apuntando todas las cosas buenas que hacen los contrarios. Mientras al mismo tiempo escribo sus debilidades. Estos se frenan por aquí, a estos les podemos hacer daño por allá, si juega Messi por allí, si este otro por allá? Hasta que llega un momento, diría acojonante, fantástico, que es el que le da sentido a mi profesión. Creanme que soy entrenador por este instante. Todo lo demás es un añadido que uno evidentemente tiene que afrontar. Pero está este momento máximo de satisfacción, cuando te das cuenta. A veces dura un minuto veinte, a veces un minuto treinta. A veces un minuto solo. A veces tengo que ver dos partidos del contrario. Pero llega un momento en el que dices: los tenemos. Ya hemos ganado. No sabes por qué, puede ser una imagen, unas cosas que has visto que te hacen decir que mañana, contra este equipo, ganaremos.?
?Pero atención, no se vayan a pensar que yo creo tener la fórmula mágica. No, porque esto siempre lo he pensado antes de cada partido, y algunos los hemos perdido. Con lo cual, se hundiría toda esta teoría. Pero se los cuento por la pasión que siento por mi oficio, que imagino que es la misma pasión que tienen ustedes por sus profesiones, y toda la gente: médicos, panaderos, doctores, maestros de escuela, ?paletas? (albañiles), como era mi padre. Cualquier persona. Llega un momento en sus oficios y yo reivindico ese momento en sus oficios. Yo reivindico el amor a este oficio. Yo amo mi trabajo por este instante. Y después me encargo de transmitírselo a los chicos, y les digo que tenemos que hacerlo así, y a veces sale y a veces no. Pero aquel momento es el que le da sentido a mi profesión. Y entonces podrán decirme: ¿Es suficiente? ¿Es poco? ¿Es mucho? Es lo mío. Es lo que me corresponde. Es esta pasión (aprieta el puño) que no sé dónde la agarré, porque no me avergüenza decir que mi padre lo más redondo que tocó en su vida creo que fue un lavarropas, y a mi abuelo paterno no lo conocí, porque murió antes de que yo naciera, y al abuelo materno, bueno, ya tenía suficiente con tener que esconderse en la posguerra, para que no lo agarraran? con lo cual, no tengo una herencia familiar que me haya pasado este gen?.
?No sé de dónde viene. Pero tengo esta pasión. Y la tengo ahora como la tenía cuando era pequeño, y que me llevó al pueblo a competir. Y me pueden preguntar, de dónde vino esta pasión, y no lo sé, pero me ayudó muchísimo. Y aquí me gustaría hacer una pequeña reivindicación a la maravilla que es el fútbol, el deporte en general. A mí mis padres me educaron. Bastante bien, muy bien diría yo. La escuela me ha ayudado, por supuesto. Pero lo que más me ha educado es el microclima que es un equipo de fútbol, un equipo de gente que está unida. Lo que a mí me ha dado todo lo que soy como persona, lo que me ha formado, es haber hecho deporte. Allí aprendí lo que significa ganar, y a celebrarlo con muchísima moderación. Y allí también aprendí lo que significa perder, y que duele mucho de verdad, pero este perder es lo que te hace aprender a levantarte y a valorar lo que luego cuesta ganar. He aprendido que un entrenador decidiera que hoy yo no juego, porque el entrenador piensa por todos y yo nomás pensaba por mí. He aprendido que un compañero es mejor que yo y merece jugar. Y que los reproches y las excusas no sirven absolutamente de nada. Que cuando pierdes es responsabilidad tuya. Que cuando las cosas no salen, es responsabilidad tuya. El deporte, desde pequeño, o el Barça que es en escencia donde más tiempo he estado, es todo lo que me formó como persona y todo lo que soy hoy?.
?Y no olviden nunca, que si nos levantamos muy muy temprano, sin reproches ni excusas, y nos ponemos a trabajar, somos imparables. Creanme que somos imparables?.
tomado del sitio web El Gráfico
Leer MásCoca Cola amplifica tu sonido
Coca-Cola usa un aviso en una revista para amplificar su app de FM en el iPhone. Creativa, simple y original idea de la agencia JWT Brasil.
Vía Almondiga Lab
El ojo feroz
Josefina Licitra escribió este magnífico perfil de Beatriz Sarlo, publicado en la revista YA del diario El Mercurio (Chile) en octubre de 2012.
Suban el volumen
Acá tienen la nota que escribí para la revista VIVA del domingo 30 de septiembre sobre los auriculares coloridos, de diseño, enormes, que tan de moda se pusieron en los últimos meses entre los jóvenes (y no tanto). Hoy representan un accesorio decorativo y además, un gran negocio para las marcas que los venden.
Click para bajar los archivos:
Leer MásAdelanto Brando octubre
Auriculares personalizados de Sony
Los auriculares están de moda y ya se convirtieron en un accesorio más. Las marcas detectaron y a la vez impusieron esta tendencia y por eso ahora vemos miles de auriculares de colores en las cabezas de la gente por la calle, en el subte, etc. Sobre este tema, escribí una nota para la revista VIVA de mañana.
¿Qué tenés que hacer hoy? porque de 15 a 19 horas en el Sony Store de Cabildo y Juramento el artista Martin Orza va a intervenir los auriculares Zx100 (blancos o negros) que son uno de los modelos más vendidos actualmente. Si ya tenés unos, vas y te los pinta gratis con tinta permanente. Y si todavía no tenés tu par, los comprás ahí mismo y te los lookea. Salen $130 y suenan muy bien. De esa manera, vas a poder tener tus propios auriculares que no se parezcan a ningún otro.
La movida se llama “Art Movement” (hashtag #artmovement) y el propio Orza lo explica así:
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